Por Juan Pablo Ojeda
En una nueva controversia durante la conferencia de prensa mañanera de este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la periodista sonorense Reyna Haydee Ramírez protagonizaron un intercambio intenso sobre las acusaciones de corrupción en su administración.
La discusión comenzó cuando Ramírez cuestionó al mandatario sobre el número de funcionarios de primer nivel sancionados por corrupción. AMLO respondió que no había ningún caso de funcionarios sancionados, argumentando que eligió a su gabinete cuidadosamente para evitar tales situaciones. No obstante, el presidente admitió que el caso de Segalmex está en revisión, señalando un intento de abordar los problemas de corrupción de manera seria.
AMLO aprovechó la ocasión para reiterar que su gobierno ha logrado ahorrar 2 billones de pesos gracias a su política de austeridad y combate a la corrupción. La conversación se intensificó cuando Ramírez planteó dudas sobre la posible adjudicación directa de contratos a amigos, familiares y conocidos de funcionarios de alto nivel, incluidos los de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El presidente desestimó estas acusaciones con vehemencia, afirmando que las afirmaciones de Ramírez eran falsas. “Nosotros no permitimos la corrupción, no hay amiguismo, no hay influyentismo, no hay nepotismo, no hay corrupción”, aseguró AMLO, destacando su papel como vigilante del presupuesto público y el compromiso con la honestidad en la administración de las obras, especialmente las supervisadas por ingenieros militares.
En un giro inesperado, el presidente mostró una encuesta de Enkoll durante la conferencia, la cual indicaba un 76% de aprobación para su gestión, frente al 21% de desaprobación y un 3% que no tenía una opinión clara. AMLO se mostró complacido con estos resultados y utilizó la oportunidad para defender su administración contra las críticas.
“Desde hace como 50 años no terminaba así un presidente”, dijo AMLO, aludiendo a su alto nivel de aprobación. También se dirigió a sus críticos, manifestando que a pesar de los ataques y la guerra sucia que ha enfrentado, su gobierno ha prevalecido.
La tensa interacción entre AMLO y Ramírez subraya la creciente tensión en el debate sobre la transparencia y la corrupción en el gobierno actual. Mientras AMLO se defiende de las acusaciones, la periodista persiste en cuestionar la integridad de la administración, revelando un conflicto que sigue alimentando el debate público sobre la gestión presidencial y la ética en el servicio público.