Un mes después de una de las peores masacres de su presidencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) viajó a La Concordia, Chiapas, donde el pasado 28 de junio 19 personas perdieron la vida en un enfrentamiento relacionado con la narcoguerra. Acompañado por la presidenta electa Claudia Sheinbaum, AMLO inauguró un puente en la región y expresó su compromiso con la pacificación de este conflictivo estado del sureste mexicano.
La visita presidencial se produce en medio de una severa crisis de seguridad y humanitaria, exacerbada por la lucha territorial entre el Cártel de Sinaloa (facción Mayo Zambada) y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), así como conflictos entre grupos criminales locales y autodefensas. Durante su intervención, AMLO destacó la necesidad de restaurar la paz en Chiapas, asegurando que la administración está tomando medidas para mejorar la situación.
“No me está gustando lo que ha estado pasando últimamente. Ya estamos interviniendo, hay que hacer valer el nombre del municipio. La Concordia, hay que ir al camino de la justicia por la paz y por la tranquilidad”, afirmó el mandatario en su discurso.
La visita coincidió con el informe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sobre la captura de 21 presuntos miembros de dos células de “El Güero Pulseras”, identificado como uno de los principales operadores del Cártel de Sinaloa en Chiapas.
A pesar de estos esfuerzos, las cifras de violencia en el estado son alarmantes. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y junio de 2024 se registraron 786 homicidios en Chiapas, un aumento significativo respecto al mismo período del año anterior. De estos, 357 fueron clasificados como dolosos y 250 se cometieron con armas de fuego.
AMLO reconoció que el primer semestre de 2024 se ha convertido en el más violento desde el inicio de su administración, con el mayor número de homicidios dolosos desde 2019. En su discurso, el presidente enfatizó que la paz es el resultado de la justicia y manifestó su esperanza de que la región se pacificará pronto.
La violencia no se limita a La Concordia. Otros municipios en Chiapas, como Chicomuselo, Jaltenango de la Paz, Nueva América, Villa Flores y Frontera Comapala, también enfrentan altos índices de criminalidad. Las denuncias de los habitantes y las organizaciones civiles revelan que los cárteles realizan reclutamientos forzados, secuestros y asesinatos, lo que ha llevado a más de 3,000 personas a huir de sus hogares. El éxodo más reciente ocurrió el 23 de julio, cuando 400 personas cruzaron de Amatenango, Chiapas, a Cuilco, Guatemala, buscando asilo.
En la región de Chenalhó, al norte de San Cristóbal de las Casas, alrededor de 800 habitantes también se han visto obligados a abandonar sus hogares debido a balaceras y ataques con drones, en medio de una disputa entre el grupo criminal Los Herrera y la autodefensa Machete.
A medida que AMLO se acerca al final de su mandato, su administración enfrenta el desafío de contener una crisis de seguridad en una región que ha sido duramente golpeada por la violencia.
Juan Pablo Ojeda