En una reciente declaración, el presidente Andrés Manuel López Obrador restó importancia a la decisión de Tesla de suspender temporalmente la construcción de su planta en Monterrey, Nuevo León, hasta después de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Durante una conferencia de prensa en el Salón de Tesorería de Palacio Nacional, López Obrador señaló que la medida tomada por la empresa automotriz estadounidense no debe interpretarse como una cancelación definitiva, sino como una pausa estratégica motivada por la incertidumbre política.
«Es una decisión que tomó esta empresa de esperar para iniciar la inversión de la planta automotriz en Monterrey. Eso es todo», afirmó el mandatario, reflejando las declaraciones previas de Elon Musk, CEO de Tesla. Musk había explicado que la pausa se debe a las declaraciones del expresidente Trump sobre posibles aranceles a vehículos fabricados en México.
López Obrador desestimó las preocupaciones planteadas por Musk sobre las políticas comerciales futuras, asegurando que, en caso de que el candidato republicano resulte electo, la propuesta de imponer aranceles no sería viable por los altos costos que implicaría para Estados Unidos.
«Esto la verdad no es serio. No podrían hacerse los vehículos que se consumen en EEUU, en EEUU. No es porque no tengan capacidad tecnológica, sino porque son muy altos sus costos», agregó el presidente mexicano.
Asimismo, López Obrador interpretó las declaraciones de Musk como parte de una estrategia política para ganar simpatizantes durante la campaña electoral en Estados Unidos. «Es en el marco de la campaña. Hay mucha pasión, mucha retórica», comentó.
El anuncio inicial de Tesla sobre la construcción de la planta en México, programada para iniciar operaciones en 2026, había sido recibido con entusiasmo tanto a nivel estatal como nacional. Sin embargo, los planes se han visto afectados por la decisión de la compañía de postergar el inicio de las obras, originalmente programadas para marzo de este año.
En contraste, Elon Musk ha enfatizado que Tesla continuará expandiendo la producción en sus actuales instalaciones y que proyectos futuros, como el ‘robotaxi’ y el robot humanoide Optimus, se centrarán en la planta de la compañía en Texas.
La incertidumbre en torno a la planta de Tesla en Monterrey refleja los desafíos persistentes en las relaciones comerciales internacionales y la influencia de las decisiones políticas en el sector automotriz global.