CDMX a 14 de junio, 2024.- En medio de una fuerte polémica y críticas divididas, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha defendido enérgicamente su propuesta de Reforma Judicial, argumentando que su objetivo principal es devolver el poder judicial a la ciudadanía y alejarlo de influencias corruptas.
La iniciativa, presentada en febrero y ahora impulsada para ser aprobada en septiembre, busca modificar 16 artículos constitucionales clave. Entre las reformas más destacadas se encuentra la elección de jueces, magistrados y ministros mediante voto ciudadano directo, además de reducir el número de integrantes en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), establecer límites salariales y reducir el tiempo en el cargo.
Durante una conferencia de prensa reciente, el presidente subrayó que la reforma no pretende permitir que cualquier persona ocupe estos cargos judiciales. Insistió en que los candidatos deberán ser abogados con maestría y doctorado en derecho para asegurar la calidad y experiencia necesarias en el ejercicio de la justicia.
«El propósito es claro: quitarle a los delincuentes el control del Poder Judicial, que debe estar al servicio del pueblo y no de intereses particulares», declaró López Obrador.
El respaldo reciente obtenido por su partido, Morena, y sus aliados en las elecciones legislativas ha fortalecido la posición del presidente para avanzar con esta reforma antes del final de su mandato. Con una mayoría calificada en la Cámara de Diputados y cercana a lograrlo en el Senado, el escenario político parece favorable para que la propuesta sea discutida y, eventualmente, aprobada en los próximos meses.
No obstante, la propuesta ha generado un intenso debate entre diversos sectores de la sociedad y expertos legales. Algunos expresan preocupaciones sobre la independencia judicial y la implementación efectiva de estos cambios radicales en el sistema judicial mexicano.