El presidente Andrés Manuel López Obrador abordó durante su conferencia matutina la situación crítica que enfrenta el Partido de la Revolución Democrática (PRD), institución política que desempeñó un papel fundamental en su trayectoria política y en la historia reciente de México.
López Obrador expresó su preocupación por el posible fin del PRD, partido que lo postuló en dos ocasiones a la Presidencia de la República en los años 2006 y 2012. Recordó cómo el PRD surgió como una fuerza opositora vital en el contexto de la transición democrática mexicana, enfrentándose al dominio bipartidista que buscaba perpetuar el statu quo de la oligarquía.
«Es importante lo que hizo el PRD», enfatizó el mandatario, destacando que el partido fue una barrera contra el bipartidismo que intentaba homogeneizar el espectro político mexicano. Reconoció que el PRD fue un instrumento que surgió de las demandas populares y de la lucha por la justicia y la democracia, especialmente en momentos de adversidad electoral y represión.
El presidente recordó la primera transición política en el año 2000 y cómo esta buscaba renovar el régimen político, aunque, según López Obrador, terminó fortaleciendo un bipartidismo que, a su juicio, no representaba un verdadero cambio para el país. En contraste, subrayó el papel del PRD como un contrapeso necesario en la arena política nacional.
La reflexión de López Obrador llega en un momento crucial para el PRD, que enfrenta la pérdida inminente de su registro a nivel nacional tras no alcanzar el umbral del 3% de votos en la reciente elección presidencial. Con apenas un millón 121 mil 020 votos, equivalentes al 1.86% del total requerido, el PRD está ante la posibilidad de desaparecer como fuerza política nacional.
El PRD, fundado hace 35 años después de las polémicas elecciones de 1988, ha sido un actor central en la política mexicana, particularmente en la Ciudad de México, donde López Obrador fue Jefe de Gobierno. Sin embargo, su alianza con otras fuerzas políticas en el Pacto por México, que buscaba impulsar reformas estructurales importantes, marcó el comienzo de su distanciamiento con López Obrador y una reconfiguración de su identidad política.
En este contexto, López Obrador reiteró que los partidos políticos son herramientas al servicio del pueblo y no fines en sí mismos. Instó a reflexionar sobre el papel de las instituciones políticas en la transformación social y política del país, enfatizando que la pérdida del registro del PRD sería un acontecimiento significativo en la historia política contemporánea de México.