CDMX a 25 de abril, 2024.- En una respuesta reciente a un video que se viralizó en redes sociales, en el cual personas encapuchadas en Chiapas confrontan la versión oficial del gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha calificado el incidente como «propaganda». Esta declaración surge tras las acusaciones de que el evento fue un montaje organizado para atraer atención sobre la inseguridad en la sierra de Chiapas, una región largamente asolada por la violencia del crimen organizado.
Durante una de sus conferencias matutinas, López Obrador expresó su escepticismo sobre las motivaciones de los encapuchados, cuestionando por qué necesitarían ocultar su identidad si sus intenciones eran legítimas. «Si son ciudadanos preocupados por la violencia y la falta de paz, ¿por qué se encapuchan?», planteó el presidente, sugiriendo que dichas acciones podrían ser interpretadas como tácticas de intimidación más que como verdaderas demandas sociales.
La situación en Chiapas ha sido crítica durante años, con comunidades enteras viviendo bajo el constante asedio de grupos delictivos que disputan el control territorial. Los encapuchados en el video argumentaron que cubrir sus rostros es una medida de protección para evitar represalias contra ellos o sus familias, una práctica común en áreas donde el Estado parece tener poco alcance.
A pesar de estas declaraciones, el presidente insistió en que no se puede «enfrentar la violencia con violencia» y afirmó que el gobierno ha intentado establecer un diálogo con los pobladores afectados. Además, mencionó que se han desplegado elementos de la Guardia Nacional en la región, aunque no proporcionó detalles específicos sobre las operaciones o su efectividad.
Este incidente pone de manifiesto las tensiones continuas entre el gobierno federal y las comunidades locales, que a menudo se sienten abandonadas o mal representadas por las políticas de seguridad nacional. Mientras el gobierno etiqueta el evento como propaganda, para muchos ciudadanos representa una llamada desesperada de ayuda y un intento de llamar la atención sobre sus difíciles circunstancias.
El debate sobre la legitimidad y la seguridad en Chiapas probablemente persistirá, ya que tanto el gobierno como las comunidades locales buscan soluciones a una de las problemáticas más arraigadas y complejas de México.