Por Juan Pablo Ojeda
Esta mañana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo un firme compromiso con los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos hace diez años en Iguala, Guerrero. Desde Palacio Nacional, el mandatario reiteró su intención de mantener la búsqueda de los jóvenes hasta encontrarlos y explicó que, a pesar de los avances, todavía hay mucho por hacer.
López Obrador, durante su conferencia mañanera, leyó la carta enviada a los padres de familia, en la que destacó que el expediente del caso no está cerrado y que las investigaciones continuarán. “Hice el compromiso con ellos de buscarlos hasta encontrar a los jóvenes y trabajamos en eso todo el tiempo”, expresó el presidente, subrayando la importancia de mantener la comunicación y la transparencia sobre el caso.
El 26 de septiembre de 2014, los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos fueron víctimas de un ataque por parte de las autoridades locales. López Obrador recordó que, según informes, esa noche un importante narcotraficante de Guerrero fue alertado de que los normalistas viajaban en autobuses que ocultaban un cargamento de heroína. Esta revelación resalta la complejidad de un caso que ha dejado huellas profundas en la sociedad mexicana.
Durante la lectura de la misiva, el presidente también mencionó a Gildardo López Astudillo, conocido como “El Gil”, un testigo protegido que, según López Obrador, no ha cooperado en la investigación. “El testigo protegido no ha querido seguir cooperando aunque él tiene contacto con otros integrantes del grupo criminal de Guerreros Unidos y las autoridades locales que saben lo que ocurrió”, indicó.
Además, el mandatario criticó a administraciones anteriores que intentaron dar por cerrado el caso, acusando la creación de una “verdad histórica” que afirmaba que los normalistas fueron asesinados y quemados en un basurero en Cocula. Esta narrativa ha sido objeto de controversia y cuestionamientos por parte de los familiares y de diversas organizaciones.
El 26 de septiembre es una fecha dolorosa para muchos en México, marcada por la represión estudiantil y la lucha por la justicia. Los normalistas, que tenían entre 17 y 25 años al momento de su desaparición, estaban en Iguala para conmemorar la represión de 1968. Desde entonces, el caso ha sido símbolo de la lucha por los derechos humanos y la exigencia de verdad y justicia en el país.
En su carta, López Obrador dejó claro que el compromiso con las familias de los normalistas no termina con su mandato y que la futura presidenta, Claudia Sheinbaum, deberá continuar con esta importante tarea. A pesar de los obstáculos, el presidente aseguró que la búsqueda de los jóvenes es una prioridad que no se puede eludir.
El caso Ayotzinapa sigue siendo una herida abierta en México, y el compromiso del gobierno actual es un paso hacia la búsqueda de justicia, aunque los desafíos son enormes. La esperanza de las familias sigue viva, esperando que un día se esclarezca lo ocurrido aquella fatídica noche.