A menos de tres meses de concluir su mandato presidencial, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) continúa organizando su salida del Palacio Nacional y su retiro en la quinta familiar en Palenque. Sin embargo, las dudas persisten sobre si cumplirá con algunas de las promesas que hizo durante su gobierno, especialmente en relación con el destino de las artesanías y regalos recibidos durante su administración.
Durante su gobierno, AMLO había prometido que algunas de las artesanías que le fueron regaladas serían destinadas a donaciones o a una rifa con fines benéficos. No obstante, recientemente anunció que gran parte de estas artesanías quedarán como patrimonio del gobierno. En una conferencia de prensa, el mandatario explicó que «todo lo que tiene que ver con arte popular se queda para el patrimonio del gobierno», añadiendo que parte de estos objetos serán utilizados para la decoración de los cuartos y las antiguas celdas en las Islas Marías.
Esta decisión no estaría exenta de controversia, ya que AMLO reconoció que su esposa, la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, participó en la decoración de estos espacios y podría no estar de acuerdo con la decisión de retener las artesanías para el patrimonio gubernamental.
Sobre su retiro personal, el presidente electo mencionó que se mudará a la quinta que heredó de sus padres en Palenque, donde vivirá solo. Gutiérrez Müller, por su parte, permanecerá en la Ciudad de México. AMLO ha reiterado su intención de retirarse de la vida pública y ha declarado que no se involucrará en la política del país después de dejar la presidencia. Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de atender a Claudia Sheinbaum Pardo, actual jefa de gobierno de la Ciudad de México, si así se lo solicitaran.
Durante los próximos cuatro años, López Obrador planea dedicarse a su investigación sobre el México prehispánico, además de realizar viajes periódicos a la Ciudad de México. Su retiro marca el final de una administración que ha sido definida por su estilo directo y sus políticas populistas, pero también por las controversias y las promesas que, según algunos críticos, no se cumplieron completamente.
Con el fin de su sexenio a la vuelta de la esquina, el legado de AMLO será evaluado por sus acciones durante el gobierno y por cómo cumplió con las expectativas y promesas que marcó al inicio de su mandato.