Por Juan Pablo Ojeda
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha decidido no visitar Chalco, una localidad del Estado de México que ha estado lidiando con graves inundaciones de aguas fecales durante las últimas tres semanas. En la conferencia matutina desde Palacio Nacional, López Obrador explicó que su decisión obedece a la necesidad de proteger la investidura presidencial y evitar provocaciones de sus críticos.
López Obrador mencionó que aunque no visitará la zona, el gobierno está trabajando activamente en la emergencia. Aseguró que hay 70 personas en refugios temporales y que se están realizando esfuerzos para que las familias puedan regresar a sus hogares lo antes posible. Sin embargo, el presidente dejó claro que su ausencia en el terreno responde a una estrategia más amplia para evitar ser utilizado como un blanco de críticas por los opositores.
El mandatario comparó la situación actual con la crisis de Acapulco durante el huracán, señalando que su presencia en desastres naturales a menudo es utilizada por sus adversarios políticos para cuestionar su gestión. “No me puedo exponer, porque si digo ‘voy a ir a Chalco’, ahí va la provocación de los conservadores”, expresó, añadiendo que su prioridad es evitar que su presencia en la zona se convierta en un escenario para ataques políticos.
López Obrador también arremetió contra lo que llamó los “voceros del conservadurismo”, quienes, según él, utilizan las desgracias para lanzar campañas mediáticas contra su administración. Reiteró que el gobierno está manejando la situación con la ayuda de planes de emergencia como el Plan DN-III, el Plan Marina, y con la presencia de soldados de la Guardia Nacional y Protección Civil.
El presidente criticó el uso político de las tragedias por parte de sus opositores, comparándolo con la cobertura mediática que recibió la situación en Acapulco. Lamentó que el periodismo se vea envuelto en lo que describió como “nado sincronizado” de cobertura mediática, en referencia a la forma en que se destacan ciertas noticias para criticar su gobierno.
En resumen, López Obrador está manejando la crisis de Chalco desde la distancia, concentrado en la estrategia política y en la gestión de la emergencia sin someterse a provocaciones. A pesar de las críticas y la presión mediática, el gobierno continúa trabajando en la zona afectada, mientras el presidente se protege de posibles ataques políticos.