Por Juan Pablo Ojeda
En una conferencia matutina en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador abordó el paro nacional indefinido iniciado por trabajadores del Poder Judicial de la Federación. Aseguró que la reforma que impulsa en el Congreso no perjudicará a los empleados judiciales y que su gobierno no reprimiría sus manifestaciones.
López Obrador intentó desactivar las preocupaciones de los trabajadores que, desde el primer minuto de este miércoles, han paralizado sus actividades en protesta contra la reforma propuesta. “Decirles de nuevo a los trabajadores: ustedes no van a salir perjudicados en nada. El asunto tiene que ver con la corrupción que hay arriba”, manifestó el presidente.
El mandatario hizo hincapié en que su administración respeta el derecho a la manifestación y subrayó que no reprime a los opositores. “La libertad es lo más sublime; no se implora, se conquista. Nosotros no somos represores porque no somos conservadores”, sostuvo.
López Obrador también minimizó el impacto del paro en el servicio público, afirmando que “no pasa nada con su movimiento” porque los jueces y magistrados en huelga no están en funciones directas con el público. Añadió que su reforma busca atacar la corrupción entre los altos niveles de la judicatura, no afectar a los trabajadores de base.
La Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (Jufed) decidió suspender sus actividades en todo el país, exceptuando a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Los trabajadores judiciales solo atenderán casos urgentes mientras el paro continúa.
En la Ciudad de México, el mayor plantón se ubica en el Palacio de Justicia Federal San Lázaro, cerca de la Cámara de Diputados. Las protestas también se han extendido a varios estados, como Puebla, donde los manifestantes se han congregado con moños negros y pancartas que proclaman: “El día que los jueces y juezas tengan miedo, ninguna persona podrá dormir tranquila”. Con veladoras en mano, los trabajadores han expresado su preocupación por lo que consideran una amenaza a la democracia.
La reforma propuesta por López Obrador, que contempla la elección popular de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte, está programada para su votación en septiembre, cuando el oficialismo espera contar con la mayoría calificada necesaria para modificar la Constitución. La Jufed y sus miembros argumentan que esta reforma podría afectar la independencia judicial y dar lugar a influencias indebidas sobre el poder judicial.