Por Juan Pablo Ojeda
En el Zócalo de la Ciudad de México, con una multitud de simpatizantes, funcionarios y la presidenta electa Claudia Sheinbaum, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su sexto y último informe de gobierno. Vestido con un traje azul y rodeado de una impresionante concurrencia, López Obrador ofreció un discurso en el que destacó lo que él considera como una transformación profunda en la democracia del país.
López Obrador comenzó su informe con una mirada retrospectiva a su llegada al poder y el impacto de su administración. “Ahora, afortunadamente, estamos viviendo en una auténtica democracia, construyendo una patria nueva,” dijo con firmeza, marcando el tono de su mensaje. Para él, esta “cuarta transformación” representa una ruptura con el pasado y un nuevo comienzo para México.
El presidente no escatimó en elogios sobre los logros de su gobierno, que, según él, han sido fundamentales para cambiar el rumbo del país. Detalló que desde el inicio de su administración, su objetivo principal ha sido reformar la Constitución y promover leyes que contrarresten lo que él describe como una política antipopular, entreguista y corrupta. Según López Obrador, estos cambios buscan superar la influencia de un poder oligárquico que, a su juicio, había distorsionado la verdadera democracia en México.
Uno de los puntos destacados en su discurso fue la presentación de 20 reformas constitucionales el 5 de febrero de este año. López Obrador afirmó que estas reformas tienen el propósito de devolverle a la Constitución su carácter revolucionario y popular original, establecido en 1917. Esta visión contrasta con las reformas de las últimas décadas, que, según él, favorecieron a una minoría y facilitaron el despojo de recursos del pueblo.
El presidente también hizo un llamado a la importancia de seguir avanzando en esta dirección y reafirmó su compromiso con los principios de la cuarta transformación. Para López Obrador, este es el legado de su gobierno, y el objetivo es que las futuras generaciones continúen construyendo sobre los cimientos que él y su administración han establecido.
En resumen, el informe de López Obrador presenta una narrativa de cambio y renovación, donde la reforma constitucional y la lucha contra la corrupción son los pilares de lo que él considera una verdadera democracia para México.