Mazatlán, Sinaloa a 8 de abril, 2024.- Desde Mazatlán, Sinaloa, donde se encuentra para presenciar el eclipse solar del 8 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador compartió su perspectiva sobre el primer debate presidencial, un evento que, para él, marca un cambio significativo en la política mexicana. Observando desde su hotel, López Obrador calificó el debate entre Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez, y Jorge Álvarez Máynez como «bastante bien», un comentario que refleja su visión de un ejercicio democrático constructivo.
Este debate presidencial no solo destacó por ser el primero sin la participación de AMLO en casi dos décadas, sino también por mostrar un tono de civismo y respeto entre los candidatos, algo que el presidente destacó positivamente. Después del evento, los candidatos demostraron cordialidad, subrayando un ambiente de tranquilidad y respeto mutuo a pesar de las diferencias políticas.
López Obrador, quien pronto se despedirá de la vida pública, también señaló un cambio paradigmático en la percepción de los programas de bienestar en México. Según él, el hecho de que todos los candidatos ahora apoyen este tipo de programas, sin etiquetarlos de populismo o paternalismo, es un avance considerable para el país. Este reconocimiento unánime subraya un consenso emergente sobre la importancia de mantener y expandir las redes de seguridad social para los mexicanos más vulnerables.
Además, el presidente hizo hincapié en su deseo de una contienda electoral libre de violencia y sensacionalismo, un llamado a la cordura y al civismo en un proceso históricamente marcado por tensiones. Este comentario no solo refleja su esperanza para el futuro político de México sino también un llamado a la responsabilidad por parte de los medios de comunicación y los actores políticos.
El contexto del debate, marcado por un ambiente de paz y un acuerdo implícito sobre el valor de los programas sociales, sugiere un punto de inflexión en la política mexicana. A medida que México avanza hacia una nueva era post-AMLO, la aceptación de políticas de bienestar por todos los candidatos presidenciales podría ser un legado duradero de su administración.