Por Juan Pablo Ojeda
Por Juan Pablo Ojeda
En su más reciente conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador no escatimó en críticas hacia el exmandatario Ernesto Zedillo, tras sus declaraciones sobre la pobreza en México. Zedillo había afirmado que la disminución de la pobreza en el país durante este sexenio se debía a las remesas enviadas desde Estados Unidos y a las muertes ocurridas durante la pandemia de COVID-19.
López Obrador calificó las palabras del exmandatario como una “fábula del rey desnudo”, cuestionando cómo se podía interpretar que la reducción de la pobreza se debía a la mortalidad de los pobres. “¿Cómo ven eso? Es increíble”, expresó.
El presidente también hizo referencia a un comentario de un exsecretario de Hacienda que, ante el incremento de la gasolina, afirmó que no afectaba a la mayoría de los mexicanos porque no tenían automóviles. “Miren este, corruptazo, ídolo de los conservadores mexicanos”, comentó AMLO, añadiendo que Zedillo se estaba burlando de la pobreza en el país.
Durante su intervención, López Obrador enfatizó que, a diferencia de sus antecesores, su administración busca erradicar la pobreza y no utilizarla como una herramienta política. «Qué bueno que no somos iguales», afirmó, dejando claro que cada quien debe seguir su camino.
Estas declaraciones ponen de manifiesto la tensión entre el actual gobierno y figuras del pasado, reflejando una lucha constante por definir el rumbo socioeconómico de México.