CDMX a 4 de abril, 2024.- El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció su intención de solicitar a Alejandro Gertz Manero, titular de la Fiscalía General de la República (FGR), un informe detallado sobre la investigación del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta. El excandidato presidencial del PRI, cuyo asesinato en 1994 sigue envuelto en misterio y especulación, podría estar un paso más cerca de recibir la claridad que el país ha demandado durante décadas.
El mandatario propone que este informe se presente en una conferencia mañanera post-elecciones del 2 de junio, respetando la autonomía de la FGR y con el consentimiento de Gertz Manero. Esta iniciativa se enmarca en el compromiso de López Obrador con la transparencia y la justicia, fundamentos que considera piedras angulares de la democracia y esenciales para el esclarecimiento de hechos que han marcado profundamente al tejido social y político de México.
El caso de Colosio no solo ha sido un doloroso capítulo sin cerrar para la nación, sino que también ha generado una serie de teorías sobre conspiraciones e involucramientos de figuras prominentes en el poder, como el mencionado segundo tirador supuestamente vinculado al CISEN y rescatado por Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, actualmente en prisión en Estados Unidos por otros cargos. La insistencia del presidente en revisitar este caso subraya la necesidad de confrontar y rectificar las injusticias del pasado para prevenir su repetición.
Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del asesinado candidato y actual candidato al senado por Movimiento Ciudadano, ha permanecido al margen de la investigación, según el presidente. No obstante, López Obrador enfatiza que la verdad detrás del asesinato de Colosio no solo es crucial para la familia afectada sino para todo el país, como una medida preventiva contra la repetición de tales tragedias.
La promesa de López Obrador de solicitar este informe especial no es solo un paso hacia el cierre de un capítulo oscuro en la historia política de México, sino también un acto de responsabilidad hacia la memoria colectiva y el derecho del pueblo mexicano a conocer la verdad. Este gesto reafirma el compromiso con una nación donde la transparencia y la justicia no sean solo ideales, sino realidades palpables.