Por Juan Pablo Ojeda
Por Juan Pablo Ojeda
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no se contuvo en su conferencia matutina al acusar al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de “faltarle al respeto” a la mandataria electa Claudia Sheinbaum. La controversia surge a raíz de la afirmación de Sánchez, quien insinuó que la decisión de no invitar al rey Felipe VI a la investidura del 1 de octubre fue una estrategia orquestada por López Obrador.
“Ahora con el asunto este de España me están faltando al respeto, además, y eso lo está haciendo el presidente de España a la presidenta electa”, expresó López Obrador, visiblemente molesto. Para el mandatario mexicano, la insinuación de que Sheinbaum es “manipulable” por atribuirle la decisión de no incluir al monarca en la ceremonia es, según él, una “falta de respeto adicional”.
Este cruce de declaraciones pone de relieve las tensiones entre México y España en un momento crucial, justo antes de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum. López Obrador ha manifestado en otras ocasiones su deseo de mantener relaciones diplomáticas respetuosas, pero parece que este episodio ha reavivado viejas fricciones.
Las palabras de AMLO resaltan la importancia de la autonomía de la mandataria electa y su capacidad para tomar decisiones sin la influencia del presidente mexicano. La situación genera un escenario de expectativa en el ámbito político, mientras se acerca la fecha de la investidura y se esperan reacciones tanto en México como en España.