Por Juan Pablo Ojeda
En su conferencia matutina desde Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó claro que su retiro de la vida pública a partir del 1 de octubre es definitivo. “No soy un simulador ni un hipócrita; cuando digo que me voy a retirar, es que me voy a retirar”, afirmó con firmeza, buscando disipar cualquier duda entre sus seguidores sobre su decisión.
López Obrador instó a sus seguidores a no sentir un “vacío” tras su partida y enfatizó que no aspira a convertirse en un caudillo o un líder moral. “No quiero manipular a nadie, ni ser jefe máximo, ni cacique. Eso sería una falta de respeto a quienes piensan que se les manipula”, sostuvo en el Salón Tesorería. Con estas palabras, el mandatario reiteró su compromiso de alejarse de la vida política tras entregar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum.
A pesar de su decisión de jubilarse, el presidente anunció que no se trasladará de inmediato a su finca en Palenque, Chiapas. “Primero pasaré una temporada en la Ciudad de México para aclimatarme a mi nueva vida”, explicó. Además, pidió a todos que no lo busquen en su casa de Palenque, enfatizando que se quedará unos días más en la capital.
López Obrador ha insistido en que su salida de la política no es un acto de simulación, sino un paso que considera necesario tras seis años de gobierno. Con su mensaje, busca dejar claro que su legado no dependerá de su presencia continua en el escenario político, sino de las acciones y cambios que ha implementado durante su administración.