Acaba de llegar a Netflix una serie de misterio con adolescentes que es un poco ‘El club de los cinco’, ‘Pretty Little Liars’,’Élite’ y ‘Gossip Girl’: se trata de ‘Alguien está mintiendo’, construida sobre los estereotipos y clichés del género. Pero usarlos no quiere decir aportar algo nuevo, por lo que esta serie de misterio y asesinato adolescente se puede ver a gusto pero no acaba de ser genial.
‘Alguien está mintiendo’ adapta el bestseller homónimo de Karen M. McManus, que ahora mismo en Amazon figura en el número 1 de los más vendidos en ‘thrillers’ juveniles. La novela de McManus funcionó no por sus sorprendentes giros del argumento ni porque sea salvaje, sino porque sus personajes están bien definidos y son creíbles, que es lo mismo que sucede a esta serie. Los personajes de ‘Alguien está mintiendo’ se mantienen fiel a los del libro (aunque no son exactamente iguales).
‘Alguien está mintiendo’ es una serie original de Peacock que consta de ocho episodios de unos 50 minutos cada uno. La historia comienza después de las vacaciones de verano, cuando los estudiantes de la Bayview High School regresan a clase. Simon Kelleher, de secundaria, lanza una ‘bomba de cotilleos’ desde una app que ha diseñado él mismo, ‘About That’.
Simon es uno de los ‘raritos’ del instituto y, como él acepta sin problemas como es, odia a los que se ocultan tras máscaras o tienen secretos que nunca comparten, por lo que no le importa soltar los cotilleos sin pensar las repercusiones. Así que todo el mundo le odia. El año anterior, Simon filtró fotos por las que acabaron expulsando a medio equipo de baloncesto y este año va contra cuatro de los peores camorristas de Bayview: Bronwyn Rojas, Addy Prentiss, Cooper Clay y Nate Macauley.
Pero el primer día de clases, la profesora de Física, la señora Avery, llama a los cuatro camorristas y a Simon por un incidente con un ordenador, entre otras razones. Mientras están ‘detenidos’, Simon bebe agua de un vaso de papel y sufre un shock anafiláctico por su alergia a los cacahuetes que acaba matándole.
Así que cinco han sido encerrados en esa habitación pero solo cuatro salen con vida. Todos están aterrorizados por lo que acaba de pasar, pero también se muestran aliviados porque Simon no volverá a chantajear a nadie contando secretos.
Como en ‘Asesinato en el Orient Express’, todos tenían motivos para asesinarle. Tenemos a Bronwyn (Marianly Tejada), la estudiante de sobresaliente que puede no estar tan limpia como parece; Cooper (Chibuikem Uche), el jugador de béisbol estrella que no ha salido del armario; Addy (Annalisa Cochrane), la animadora que engaña a su novio de toda la vida; y Nate (Cooper van Grootel), el traficante de drogas de poca monta cuyo próximo delito podría llevarle a la cárcel.
El encargado de la investigación, el detective Wheeler, sospecha que uno de los cuatro jóvenes echó aceite de cacahuete en su bebida. Mientras la policía continúa su investigación, Addy, Nate, Bronwyn y Cooper se unen para atrapar al asesino de Simon con la intención de probar su inocencia. Pero todo el mundo es sospechoso y todo el mundo tiene algo que ocultar. ¿Alguno de ellos decidió matarle para que no contase más secretos a través de su app?
La serie no tiene la ácida crítica social de ‘Sex Education’ ni es tan oscura como las primeras temporadas de ‘Riverdale’. Sin embargo es inteligente y divertida y crea un misterio bien pergeñado con lo del libro y algunos elementos nuevos, por lo que gustará a los que disfrutaron la novela y captará nuevos seguidores.
Los actores están bien escogidos, aunque no dejamos de preguntarnos si Bronwyn (Tejada) ha sido conscientemente elegida para que parezca mayor (tiene 29 años). Otra duda que nos surge es Nate (Grootel), que parece demasiado limpio para interpretar al inquietante rebelde del libro.
Si todo lo que pasa en la serie te recuerda también un poco a ‘Élite’ es porque su ‘showrunner’ es Darío Madrona, el mismo que el de la serie de Lorente, Herrán, Expósito, Bernadeau y compañía. Maneja con seguridad el ritmo del misterio, repartiendo giros a un ritmo lo suficientemente constante como para evitar que la atención del espectador se despiste, pero lo suficientemente lento como para que asimile cada nueva revelación.
Buenas historias, cuestiones que se resuelven tan rápido como aparecen, un reparto atractivo… No sería raro ver pronto una segunda temporada de ‘Alguien está mintiendo’. Estaremos atentos.