En enero de 2024, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta epidemiológica que tomó por sorpresa a muchos: el sarampión, una enfermedad que se consideraba prácticamente erradicada en varias partes del mundo, está regresando con fuerza en los países de todo el continente americano. A pesar de los esfuerzos y los llamados de atención, los casos de sarampión continúan en aumento, planteando interrogantes y preocupaciones en la comunidad global de salud pública.
¿Cómo es posible que estemos presenciando el retorno de una de las enfermedades más contagiosas de nuestra era? La respuesta, según la OMS, yace en la persistencia de bajas coberturas de vacunación contra el sarampión, la rubeola y la parotiditis, vacunas que históricamente han sido administradas durante la infancia. Este descenso en las tasas de vacunación ha cambiado dramáticamente el panorama de la salud pública, requiriendo una comprensión más profunda de cómo las enfermedades pueden ser erradicadas a través de la vacunación efectiva y el conocimiento de sus reservorios.
La doctora Patricia Valenzuela, una destacada infectóloga y presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología, señala que la erradicación de enfermedades se logra mediante vacunas eficaces y el conocimiento preciso del reservorio del microorganismo. En el caso de enfermedades como el dengue y la fiebre amarilla, transmitidas por vectores como el mosquito Aedes aegypti, el control vectorial juega un papel crucial en la disminución de los casos.
El sarampión se transmite a través de las mucosidades de las personas infectadas y tiene un índice de reproducción (R Sub 0) extremadamente alto, entre 12 y 18, lo que significa que un solo caso confirmado puede infectar a entre 12 a 18 personas. No obstante, la vacuna contra el sarampión es altamente efectiva, con más del 90% de eficacia, y es capaz de prevenir la enfermedad si se alcanza una cobertura de vacunación del 95%, como recomienda la OMS.
Valenzuela también advierte sobre el impacto negativo de los movimientos antivacunas en la confianza pública hacia las vacunas, incluidas aquellas contra el COVID-19, lo que posiblemente ha llevado a un descenso en la adhesión a los esquemas de vacunación recomendados. Esta situación subraya la importancia de alcanzar la «inmunidad de rebaño» vacunando a la mayor cantidad de personas posible para proteger a aquellos que aún no pueden ser vacunados.
El resurgimiento del sarampión no solo en Venezuela, sino en todo el mundo, es un llamado de atención sobre la necesidad de mantener estrategias efectivas de vigilancia epidemiológica y respuesta rápida ante brotes. Es esencial que las personas consulten sus registros de vacunación y se aseguren de estar al día, además de adoptar hábitos de vida saludables y estar atentos a los síntomas de enfermedades para buscar atención médica inmediata.
Este escenario nos recuerda la continua batalla contra la desinformación y la importancia crítica de las vacunas en la protección de la salud pública global. Solo a través del compromiso colectivo y la acción informada podemos esperar mantener a raya enfermedades que, en algún momento, pensamos haber derrotado.