CDMX a 14 de febrero, 2022.- Las cardiopatías congénitas son una serie de afecciones que se presentan desde el nacimiento, e incluyen malformaciones en las cavidades y válvulas cardiacas, así como en los principales vasos que emergen del corazón.
En México, cada año nacen entre 12 mil y 16 mil bebés con alguna malformación cardiaca, y es el principal padecimiento congénito registrado en el país.
En el Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas este 14 de febrero, el jefe del Departamento de Cardiología Pediátrica del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, Juan Calderón-Colmenero, resaltó la necesidad del diagnóstico temprano y la atención oportuna de las afectaciones del corazón, ya que la mayoría de infantes puede salir adelante y tener una buena calidad de vida.
En 2021, en el instituto se realizaron 485 cateterismos cardiacos y 385 cirugías en niñas y niños. Se prevé que durante 2022 se atiendan entre 900 y mil pacientes pediátricos.
Las principales cardiopatías congénitas identificadas en nuestro país son las alteraciones de las paredes que dividen el lado izquierdo y derecho del corazón (comunicación interventricular o comunicación interatrial). También, es frecuente una alteración llamada conducto arterioso persistente, estructura que generalmente se cierra poco después del nacimiento, pero al seguir abierta establece cortocircuito entre la aorta y la arteria pulmonar que provoca insuficiencia cardiaca de algún grado de severidad manifestando pausas en la alimentación, sudoración cefálica y mal desarrollo ponderal.
Otra cardiopatía congénita es la tetralogía de Fallot, una afectación desde el nacimiento y que conjuga cuatro defectos del corazón y de sus vasos sanguíneos, lo que perturba el flujo sanguíneo y fundamentalmente la oxigenación; para su corrección requiere cirugía cardiaca con excelentes resultados en nuestro medio.
Algunos signos que se deben tomar en cuenta para la detección de problemas del corazón en personas recién nacidas o lactante menores de 1 año son la fatiga durante la alimentación; coloración morada en labios y uñas; retardo en el crecimiento y una inadecuada oxigenación.
Las cardiopatías congénitas pueden detectarse desde el embarazo, a través de ultrasonidos que permiten apreciar alteraciones en tamaños y formas de las cavidades cardiacas. También durante las revisiones médicas con la o el profesional de la salud de primer contacto, al escuchar los denominados “soplos” en el área cardiaca o alteración en la oxigenación.
Las niñas y niños con síndrome de Down deben someterse a valoraciones cardiacas para puntual diagnóstico y tratamiento, ya que hasta 60 por ciento de ellos tienen una cardiopatía subyacente.
La ingesta de ácido fólico por parte de madres gestantes, la dieta saludable y la cobertura de inmunización contra enfermedades como la rubéola disminuyen el riesgo de cardiopatías congénitas.