CDMX a 28 de marzo del 2022.-El agua está destinada a convertirse en uno de los elementos naturales más cotizados del planeta a medida que su escasez se vuelve alarmante, lo que genera desplazamientos masivos de poblaciones que huyen de la sequía y amaga con provocar graves disputas entre países fronterizos para hacerse con su control.
Las agrupaciones ecologistas advierten que se encuentra bajo amenaza extrema por el incremento de la población mundial, la creciente demanda de la agricultura y la industria, la mala gestión, la contaminación y los efectos del cambio climático.
Las consecuencias más graves se visualizan en los desplazamientos humanos, cada vez más frecuentes, por las sequías que, en algunas zonas, se han vuelto más pertinaces y prolongadas como consecuencia del cambio climático, que altera el ciclo de lluvias, desplazando las precipitaciones y alterando su frecuencia.
Según las previsiones de la ONU y del Banco Mundial, la sequía podría poner a 700 millones de personas en riesgo de desplazarse para 2030. Los analistas subrayan que, mientras la escasez de agua tiene un carácter estructural, las sequías se determinan por fenómenos meteorológicos cuyos efectos se han vuelto más destructores por el sobrecalentamiento global.
La última crisis humanitaria por la sequía está vigente en el noreste de África, luego de tres temporadas de lluvias fallidas consecutivas que han destruido las cosechas y el ganado en esa región. La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) aumenta la asistencia en Somalia a miles de personas que siguen huyendo de sus hogares en busca de alimentos, alojamiento y agua potable.
Acnur señala que en la primera semana de marzo, más de 17 mil personas de la región de la bahía del sur del país se vieron desplazadas internamente por la sequía, sumándose a las decenas de miles de personas obligadas a migrar de forma similar en la nación entre enero y febrero de este año. Si la tendencia se mantiene, Acnur predice que es probable que medio millón de somalíes se vean desplazados antes de que finalice marzo, en su mayoría menores, personas mayores y mujeres embarazadas y lactantes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 55 millones de personas en el mundo se ven afectadas por las sequías cada año, el fenómeno climático más grave para el ganado y los cultivos. La mayoría de los países que afrontan grandes riesgos de sequía se ubican en África.
Otro problema es el agravamiento de los enfrentamientos por la posesión del agua, fundamentalmente para su uso industrial y agrícola.
Los expertos apuntan la posibilidad de que en las próximas décadas países fronterizos de las zonas más urgidas del planeta emprendan guerras por el control de depósitos de agua a cielo abierto o subterráneos y cauces fluviales para sacar rendimiento agrícola o energético.
Los conflictos territoriales por el dominio del agua están ahí desde hace décadas, aunque hasta ahora han mantenido un perfil de baja intensidad.
Herramientas expresamente creadas para detectar alertas tempranas establecen la existencia de alrededor de dos mil posibles puntos conflictivos en el planeta por la posesión del agua, con una tasa de precisión de 86 %. El ejemplo más claro es el de Egipto, Sudán y Etiopía, enzarzados por la explotación de uno de los tramos del Nilo Azul.
En América Latina, algunos ríos y acuíferos fronterizos son también materia permanente de litigio. Mientras Bolivia y Chile se disputan el río Silala, la reserva de Guaraní, considerada el mayor manantial de agua dulce del mundo, constituye un potencial foco de colisión entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay que comparten sus lindes.
Las llanuras del norte de India son escenario de enfrentamientos frecuentes entre agricultores por la falta de agua, entre otros.
La Agenda 2030 de Naciones Unidas reúne todos los temas relacionados con agua y saneamiento, incorporando aspectos que abarcan el ciclo completo: calidad, gestión de aguas residuales, uso, escasez y gestión de los recursos hídricos y los ecosistemas relacionados con este elemento.
Las regiones del planeta más afectadas por el estrés hídrico y otros efectos relacionados con sequías e inundaciones se hallan sobre todo en la mitad norte de África, también en el oeste, centro y sur de Asia. En el continente americano, México y Chile soportan problemas muy importantes de escasez y calidad de agua. La franja del Sahel y Sudáfrica en el continente africano, algunos países del sur de Europa, y parte de la costa oeste de EUA son otros tantos focos rojos, según documentan diferentes estudios.
El Atlas de Riesgos relacionados con el agua y elaborado por el Instituto de Recursos Mundiales, subraya que una cuarta parte de la población mundial, distribuida en 17 países, se enfrenta a una situación crítica, con Qatar, Israel y Líbano encabezando el ranking de mayor estrés hídrico. La proyección de los analistas a medio y largo plazos es que las catástrofes sociales y ambientales por la falta de agua provocarán no sólo conflictos entre países fronterizos, sino desplazamientos masivos de poblaciones con consecuencias devastadoras para los grupos más vulnerables.
Tomado de Chiapas tu contacto.