En un mundo donde la búsqueda de la salud óptima es constante, el agua alcalina se ha posicionado como una tendencia al alza, prometiendo una serie de beneficios saludables gracias a su alto nivel de pH. Este tipo de agua tiene un pH superior al del agua potable estándar, lo que supuestamente ayuda a neutralizar la acidez del cuerpo y promueve un mejor bienestar general.
Sin embargo, la controversia no tardó en aparecer. Aunque algunos argumentan que el agua alcalina contribuye a un mejor equilibrio ácido-base en el cuerpo, mejorando la función renal y aumentando la energía, la evidencia científica aún es insuficiente y el debate sobre su efectividad continúa.
La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) de México ha puesto el ojo en este fenómeno, especialmente tras un reciente estudio donde se evaluaron 22 marcas de agua alcalina. El resultado fue revelador: 19 de estas marcas no cumplían con las promesas que hacían en sus etiquetas. Frases como «Equilibra tu salud», «Fortalece el sistema inmune», y «Hidratación inteligente» no estaban respaldadas por evidencia sólida, lo que plantea serias preguntas sobre la veracidad de las afirmaciones de muchos productos de agua alcalina.
Este escrutinio llega en un momento crucial, donde la demanda de agua alcalina ha visto un incremento significativo. La falta de respaldo científico junto con las recientes revelaciones de PROFECO ponen en duda la superioridad del agua alcalina sobre el agua natural.
A medida que la popularidad del agua alcalina continúa creciendo, es esencial que los consumidores se mantengan informados y críticos frente a las afirmaciones de salud que no están debidamente justificadas.