CDMX a 15 de julio, 2024.- La reciente propuesta de eliminar el examen de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems) ha generado una fuerte reacción entre especialistas en educación. Este cambio, anunciado por Mario Delgado, próximo secretario de Educación bajo la administración de Claudia Sheinbaum, busca garantizar que ningún estudiante quede fuera de la educación media superior. Sin embargo, expertos advierten que esta medida podría no solucionar los problemas de rezago, deserción y calidad educativa que enfrenta este nivel educativo en México.
Desde 1996, más de 200,000 estudiantes de tercer año de secundaria presentan el examen Comipems para ingresar a uno de los 487 planteles de educación media superior en la Ciudad de México y el Estado de México. Este examen permite a los estudiantes acceder a instituciones como la UNAM y el IPN, en función del puntaje obtenido.
El nivel medio superior es el que registra la mayor proporción de abandono escolar en México. Según datos de la SEP, la deserción en este nivel alcanzó el 9.2% en el ciclo 2021-2022, mientras que en primaria y secundaria fue de 0.4% y 2.5%, respectivamente.
Mario Delgado argumenta que el proceso de asignación del Comipems es discriminatorio y que su eliminación permitirá que todos los estudiantes ingresen a un bachillerato. No obstante, especialistas como Teresa Gutiérrez, de Mexicanos Primero, señalan que el problema no radica en la falta de espacios, sino en las preferencias de los estudiantes y sus familias, quienes buscan ingresar a instituciones con mayor prestigio y calidad educativa.
El próximo secretario de Educación ha prometido la creación de más planteles de bachillerato para garantizar que ningún estudiante se quede sin un lugar. Sin embargo, expertos como Patricia Ganem, vocera de Educación con Rumbo, critican que esta propuesta no esté acompañada de un diagnóstico claro de los problemas que se buscan resolver.
El nivel de reprobación, rezago y deserción escolar en la educación media superior no se solucionará simplemente eliminando el examen de Comipems. Se requiere un plan integral que aborde estas cuestiones y mejore la calidad de la educación impartida en los nuevos planteles.
Otro aspecto preocupante de la eliminación del Comipems es la falta de herramientas de evaluación del nivel de aprendizaje de los alumnos. Fernanda García, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), advierte que sin este examen, se perdería una valiosa fuente de información que contribuye al diseño de políticas educativas basadas en evidencia.
Desde la extinción del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en 2019, México carece de evaluaciones nacionales estandarizadas que permitan medir el progreso educativo de los estudiantes.
Eliminar el examen Comipems podría traer consigo una serie de consecuencias no deseadas que afectarían la calidad y el acceso equitativo a la educación media superior en México. Es esencial que las futuras autoridades educativas presenten un plan detallado y fundamentado para abordar los problemas estructurales del sistema educativo y asegurar que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad.