Puebla, 7 de octubre de 2024 — La ciudad de Puebla se viste de luto tras la pérdida de Clara Patricia Hernández Ojeda, reconocida como un verdadero ícono del Centro Histórico, quien falleció a la edad de 54 años. Su espíritu vibrante y su talento inigualable en canto y baile resonaron en las calles, llenando de alegría el corazón de transeúntes y visitantes por igual.
Desde su juventud, Clara Patricia se destacó por su energía contagiosa y su carisma inigualable, convirtiéndose en un símbolo de alegría en una de las zonas más emblemáticas de la ciudad. Sus actuaciones, que iluminaban las plazas y avenidas, eran un homenaje a la cultura y el folclore mexicano. Con cada nota y cada paso de baile, lograba transformar el ambiente, creando momentos de felicidad y conexión entre las personas.
Sin embargo, su vida estuvo marcada por un trastorno similar a la epilepsia, lo que complicó su desempeño laboral y afectó su salud a lo largo de los años. A pesar de estos desafíos, Clara Patricia nunca dejó que sus dificultades la definieran. Su resiliencia y pasión por el arte la llevaron a convertirse en una figura entrañable para la comunidad, trascendiendo su papel como artista y convirtiéndose en un símbolo de esperanza y perseverancia.
La noticia de su fallecimiento ha dejado un vacío significativo en el corazón de quienes la conocieron y disfrutaron de su arte en las calles de Puebla. Sus amigos y admiradores recuerdan no solo su talento, sino también su calidez humana y su capacidad para alegrar los días de quienes la rodeaban.
Hoy, la ciudad llora la partida de una de sus grandes artistas, pero su legado de alegría y amor por la vida perdurará en la memoria colectiva de Puebla. Clara Patricia Hernández Ojeda será recordada como la voz del Centro Histórico, una estrella que brilló intensamente y cuya luz nunca se apagará.