Por Bruno Cortés
En el Senado de la República, el debate sobre la elección de los nuevos jueces y magistrados del Poder Judicial se calentó tras un fuerte enfrentamiento entre los coordinadores de las bancadas de Morena y el PAN. Adán Augusto López, líder de la bancada de Morena, y Ricardo Anaya, coordinador del PAN, protagonizaron un intenso “encontronazo” sobre la legalidad y transparencia del proceso que definirá a más de mil 400 nuevos integrantes del Poder Judicial.
La discusión se originó durante la votación de los listados de los candidatos que participaron en el sorteo, también conocido como insaculación, realizado por el Comité de Evaluación del Poder Legislativo. Este proceso, que desde el 2014 se utiliza para elegir a los aspirantes a los cargos judiciales, fue criticado por Anaya, quien sugirió que todo el procedimiento estaba “diseñado” para darle el control a Morena.
El senador panista no dudó en calificar la insaculación como un fraude y aseguró que los Comités de Evaluación, encargados de llevar a cabo el proceso, estaban manipulados por el oficialismo. “¿Por qué metieron solo a 19 candidatos de los 50 que debían estar? Porque pusieron a puros incondicionales”, afirmó, señalando que la reforma y el procedimiento no eran más que una jugada para que Morena tomara el control del Poder Judicial.
Por su parte, Adán Augusto defendió el sistema de insaculación, recordando que esta metodología fue propuesta en 2014, precisamente por el propio Ricardo Anaya, quien durante su periodo en el Senado promovió el uso de la tómbola para garantizar que los cargos judiciales se asignaran de manera aleatoria y sin interferencias políticas. “Él fue el padre de la insaculación”, dijo Adán Augusto, mientras otros legisladores también confirmaron la autoría de la iniciativa.
El tenso cruce de declaraciones no solo involucró a los dos líderes, sino que se extendió a otros senadores, quienes mostraron su desacuerdo con el proceso. A pesar de las acusaciones de fraude y manipulación, la votación pasó con 83 votos a favor, respaldados por Morena y sus aliados, y 38 en contra, provenientes de la oposición.
Con este resultado, la discusión sobre la elección de los nuevos jueces, magistrados y ministros del país sigue en pie. La crítica de la oposición se centra en la falta de transparencia y en la influencia política que se percibe en todo el proceso, mientras que el gobierno defiende la insaculación como una garantía de imparcialidad. Lo cierto es que, aunque la decisión ya fue tomada en el Senado, el proceso aún está lejos de ser cerrado y promete seguir siendo un tema de debate durante las siguientes semanas.