Por Juan Pablo Ojeda
El acuerdo alcanzado entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para suspender temporalmente el aumento de aranceles fue recibido de manera diversa en el ámbito político mexicano. Aunque legisladores, funcionarios y gobernadores del partido Morena celebraron la negociación, varios políticos de oposición aprovecharon para manifestar su postura ante las decisiones tomadas y lo que consideran son áreas de mejora.
Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), reconoció el diálogo entre ambos mandatarios pero también hizo un llamado al gobierno de Sheinbaum para que, además de reforzar la frontera norte, se amplíen las acciones de seguridad en todo el país. Moreno criticó la falta de protección a las carreteras, los altos índices de extorsión y el “derecho de piso” que, según él, afectan a gran parte de los mexicanos. Además, señaló que el gobierno de Morena ha sido incapaz de frenar el crimen organizado, y destacó que la visita de un mandatario extranjero para señalar estos problemas no hace sino exponer la ineptitud del gobierno mexicano.
Por otro lado, la exsenadora del Partido Acción Nacional (PAN), Xóchitl Gálvez Ruiz, celebró que la diplomacia haya prevalecido y destacó la cooperación entre los dos países como una medida positiva para resolver los problemas de seguridad que afectan tanto a México como a Estados Unidos. Gálvez también argumentó que coordinarse no implica perder soberanía, y recalcó que el verdadero riesgo para la soberanía es la presencia del crimen organizado en el país, en especial en los territorios controlados por grupos delictivos.
Kenia López Rabadán, diputada federal del PAN, también expresó su apoyo a la decisión de suspender el aumento de aranceles, pero cuestionó las acusaciones de la Casa Blanca sobre la vinculación del gobierno mexicano con el narcotráfico, así como el despliegue de militares en la frontera para limitar el paso de migrantes. López Rabadán también expresó su preocupación de que las acciones no estén enfocadas en combatir al crimen organizado, sino en la gestión de flujos migratorios.
La senadora Claudia Anaya, del PRI, se unió a las críticas y argumentó que el gobierno de Sheinbaum aceptó desplegar 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte con Estados Unidos, no tanto por el control de la seguridad, sino como una medida para desviar la atención de los vínculos del gobierno mexicano con el crimen organizado.
Por su parte, en su conferencia mañanera, Claudia Sheinbaum detalló que, en su conversación con Trump, se acordó el refuerzo inmediato de la frontera norte con 10,000 elementos de la Guardia Nacional, especialmente para frenar el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo. En contrapartida, el gobierno estadounidense se comprometió a colaborar en la lucha contra el tráfico de armas de alto poder hacia México. Además, se acordó suspender el aumento de los aranceles por un mes, lo cual fue visto como una victoria diplomática para el gobierno mexicano.