Por Bruno Cortés
En un país donde la violencia contra las mujeres es una triste realidad, un nuevo rayo de esperanza se asoma en el horizonte gracias a una iniciativa del diputado Eruviel Ávila Villegas, del Partido Verde. El legislador ha propuesto reformar el Código Penal Federal para tipificar el acecho como un delito autónomo, buscando así cerrar una importante laguna legal que ha dejado desprotegidas a muchas víctimas, sobre todo mujeres.
Pero, ¿qué es exactamente el acecho? Imagina a alguien que, de forma constante y sin tu consentimiento, te sigue, te observa o te acosa, ya sea en persona o a través de redes sociales. Esta conducta, que puede parecer inofensiva en un principio, genera un estado de miedo y angustia en las víctimas, algo que, lamentablemente, muchas mujeres han tenido que enfrentar en su día a día. Aunque ya existen leyes que castigan el hostigamiento y otros delitos de violencia, el acecho en sí mismo no contaba con una definición clara en la ley.
La propuesta de Ávila Villegas busca tipificar el acecho como un delito, lo que significa que quien lo cometa podría enfrentarse a penas de tres meses a dos años de prisión y multas de entre 500 y mil días. Además, las penas podrían aumentar en ciertos casos, como cuando el acecho ocurre en la casa de la víctima o si hay menores presentes. El objetivo es prevenir que estas situaciones se agraven y se conviertan en formas más violentas de agresión.
El diputado enfatizó que esta iniciativa no es solo un cambio legal, sino un compromiso con la justicia y la protección de los derechos fundamentales de las víctimas. «No podemos seguir permitiendo que miles de personas vivan bajo la constante sombra del miedo», afirmó, resaltando la importancia de que las leyes reflejen la realidad de muchas mujeres en el país. La reforma no solo busca sancionar al agresor, sino también brindar una protección efectiva a quienes han sido víctimas de este tipo de conductas.
Es fundamental recordar que detrás de muchos feminicidios hay un patrón de acecho que, si se hubiera abordado a tiempo, podría haber salvado vidas. Esta propuesta podría ser un paso crucial hacia la construcción de un entorno más seguro para todos, donde las víctimas tengan la certeza de que su bienestar y dignidad son prioridad.
La lucha por la justicia y la dignidad en México continúa, y con propuestas como esta, se espera que cada vez más personas se sientan protegidas y respaldadas por un sistema que finalmente empieza a tomar en cuenta las realidades de quienes han sufrido en silencio. La legislación puede ser un poderoso aliado en la lucha contra la violencia, y esta reforma es un paso adelante en el camino hacia un futuro más seguro.