Acapulco, Gro., 08 de diciembre de 2023.- En un esfuerzo por recuperarse de los devastadores efectos del huracán Otis, los restauranteros de la playa Alfredo Bonfil, ubicada en la prestigiosa zona Diamante de Acapulco, están trabajando arduamente para reconstruir y habilitar sus establecimientos. Su objetivo es recibir turistas durante los últimos días del año 2023, un periodo considerado de temporada alta en la región.
El camino hacia la recuperación, sin embargo, enfrenta un gran obstáculo: el prolongado periodo de marea alta iniciado 72 horas después del paso del huracán Otis el pasado 25 de octubre. Esta situación ha causado la significativa reducción de la franja de arena, pasando de 120 metros a tan solo tres o cuatro metros en algunos puntos, y en otros, su completa desaparición.
Al menos 10 establecimientos se encuentran en emergencia, asediados constantemente por las olas. Sus propietarios, resilientes, se unen diariamente para enfrentar este desafío, utilizando rocas, costales de arena y escombros de sus propios locales para contener el avance del mar.
A pesar de las circunstancias adversas, la mayoría de los comercios muestran señales de actividad, con sonidos de martillos y taladros resonando mientras los hombres trabajan en la reparación de techos y enramadas. Además, surfistas aprovechan las condiciones actuales de las olas para practicar su deporte en la playa Bonfil.
Zeferino Castro, mesero del restaurante El Pulpo, junto con otros habitantes locales, recuerda vívidamente el impacto del huracán Otis y las secuelas del tornado y la marea alta que siguieron. Mientras tanto, vendedores ambulantes como Roy y Brenda observan los restos de la devastación en las calles, incluyendo televisores dañados y murales turísticos.
Una luz de esperanza para la comunidad de Bonfil es el turismo de aventura. Víctor Pérez, de la tienda Bonfil Surf Shop, señala que, a pesar de la baja actividad económica, las excelentes condiciones para surfear han motivado la reapertura de su negocio. La zona ofrece diversas opciones de alojamiento, incluyendo cabañas y hamacas, preparándose para recibir a los amantes del surf y otros turistas.
Mónica Ballerino, del campamento tortuguero Playa Hermosa, relata los cambios ambientales observados en Acapulco, como el blanqueamiento del coral y la presencia de peces muertos, además de avistamientos recientes de ballenas, un fenómeno inusual para la temporada.
Arturo Miranda, de La Cabaña de Lucio, destaca la intensidad y duración inusuales de las mareas, lo que ha afectado a cerca de 40 restaurantes en la playa Bonfil, generando una situación de incertidumbre y desafío constante.
En respuesta a los daños ambientales, Jesús Castillo Aguirre, director de ecología municipal, anuncia un ambicioso plan de reforestación. El ayuntamiento tiene como meta sembrar 700 mil árboles en una primera fase, con el objetivo de llegar a millón y medio, coincidiendo con la próxima temporada de lluvias. Este programa busca restaurar la cobertura vegetal de Acapulco, gravemente dañada por el huracán Otis.