Acapulco, Gro., 13 de noviembre de 2023 – En Paso Texca, una comunidad a 22 kilómetros de Acapulco, la situación es crítica tras el paso del huracán Otis. La Dirección de Servicios Públicos Municipales estima que se han generado al menos 600 mil toneladas de basura, incluyendo residuos orgánicos, inorgánicos, lodos y cascajo. La imagen de largas filas de camiones esperando para depositar su carga en el tiradero es un testimonio del desafío que enfrenta la ciudad.
El relleno sanitario de Paso Texca, operativo desde 1997, ha resultado insuficiente para manejar el volumen actual de desechos. Anteriormente, recibía un promedio de 700 toneladas diarias de residuos, pero esta cantidad ha aumentado drásticamente. Las autoridades municipales han tenido que ampliar el espacio del relleno para acomodar el exceso de basura generada por el huracán.
En medio de esta crisis, cientos de pepenadores buscan en las montañas de desechos materiales que pueden ser reciclados y vendidos. Aluminio, láminas galvanizadas, plástico PET y otros objetos de metal son algunos de los principales productos extraídos. Empresas ubicadas principalmente en Toluca se han convertido en compradores terciarios de estos desechos.
El proceso de gestión de residuos en el tiradero revela preocupaciones ambientales. Según el ex diputado local Joaquín Badillo Escamilla, el manejo inadecuado de residuos ha llevado a que las tinas de lixiviados se desborden, afectando los cuerpos de agua cercanos. Además, los camiones que transportan los desechos generados por el huracán Otis no registran el peso ni el tipo de materiales, lo que complica la gestión y el seguimiento adecuados.
En un contexto donde la limpieza urbana es crucial, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, ha informado sobre un plan de limpieza intensivo. Se han recolectado cientos de toneladas de basura en distintos puntos de Acapulco, incluyendo la franja de arena y áreas residenciales.
Sin embargo, el reciclaje ofrece un beneficio marginal. En los centros de almacenamiento cerca de Paso Texca, los precios de compra de materiales reciclables son bajos en comparación con su valor en el mercado. Esto refleja las duras realidades económicas que enfrentan los pepenadores, quienes dependen de estos materiales para su subsistencia.
La crisis de gestión de residuos en Acapulco post-huracán Otis no solo es un desafío logístico, sino también un reflejo de los problemas ambientales y sociales más amplios. Mientras los funcionarios y la Guardia Nacional tratan de mantener el control sobre la situación, los pepenadores continúan su trabajo vital, rescatando lo que pueden de la montaña de desechos. Su labor no solo contribuye a la economía local, sino que también ayuda a mitigar el impacto ambiental de esta crisis de desechos sin precedentes.