Por Berenice Pérez
El 18 de diciembre, el mundo conmemora el Día Internacional del Migrante, una fecha proclamada en el año 2000 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Su propósito es claro: promover el respeto y la protección de los derechos humanos de millones de migrantes en el mundo, un fenómeno que crece día a día y plantea desafíos significativos.
En México, un país históricamente ligado a los movimientos migratorios, esta fecha cobra una relevancia especial. A lo largo de los siglos, el país ha transitado de ser un lugar de destino, tránsito y origen de migrantes, adaptándose constantemente a las circunstancias económicas, sociales y políticas.
De la Atracción de Europeos al Programa Bracero
En el siglo XIX, México buscó atraer migrantes europeos para impulsar su desarrollo económico. Sin embargo, factores como la inestabilidad política y las oportunidades más prometedoras en países como Estados Unidos y Argentina limitaron estos esfuerzos. A pesar de ello, políticas específicas fomentaron la migración asiática hacia el territorio mexicano.
Décadas después, entre 1920 y 1940, el panorama migratorio cambió drásticamente. Si bien se adoptaron restricciones hacia los migrantes no europeos bajo un enfoque nacionalista, la Segunda Guerra Mundial marcó un giro. Con el establecimiento del Programa Bracero (1942-1964), miles de trabajadores mexicanos encontraron oportunidades en Estados Unidos, aunque muchos retornaron con experiencias y demandas que transformaron sus comunidades de origen.
De Crisis Humanitarias a Reconocimientos Actuales
Durante los años 80 y 90, México asumió un papel activo en la protección de sus ciudadanos migrantes en el extranjero, impulsando iniciativas para regularizar su estatus y facilitar su reintegración. La firma del TLCAN en 1994 reconoció oficialmente al país como un actor clave en la dinámica migratoria global.
Hoy, en pleno 2024, México enfrenta una de las crisis migratorias más complejas de su historia. Caravanas masivas provenientes de Centroamérica desafían la capacidad del país para ofrecer respuestas humanitarias y legales. En este contexto, la mandataria Claudia Sheinbaum ha reiterado el compromiso de su gobierno hacia los migrantes, considerándolos «héroes» y anunciando programas que simplifican trámites legales y mejoran sus condiciones laborales.
Un Llamado a la Reflexión Global
El Día Internacional del Migrante no solo busca visibilizar los retos que enfrentan estas personas en su travesía, sino también celebrar sus contribuciones en los países de destino. En el caso de México, su rica historia migratoria nos recuerda la importancia de construir un sistema inclusivo y humano que reconozca a los migrantes como actores esenciales en la sociedad.
En un mundo en constante movimiento, la migración es una realidad que exige acciones concretas, solidaridad y, sobre todo, respeto a los derechos humanos.