Por Juan Pablo Ojeda
La transición de poder en Estados Unidos entre el presidente electo, Donald Trump, y el mandatario saliente, Joe Biden, comenzó con un tono inusualmente cordial, a pesar de la tensión que marcó la campaña presidencial. En declaraciones al New York Post, Trump calificó como “muy agradable” la reunión que ambos líderes sostuvieron en la Casa Blanca, un encuentro que, según él, permitió a ambos “conocerse de nuevo”.
Trump, quien asumirá la presidencia en enero, destacó que la relación entre sus equipos de transición y el del presidente Biden es ahora “muy, muy buena”, señalando que el trabajo conjunto de ambos equipos ha sido fluido y cooperativo. Este tono amistoso contrasta con la hostilidad que caracterizó la campaña presidencial de 2020, en la que Trump arremetió constantemente contra Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, usando ataques personales. Biden, por su parte, calificó a Trump como un “peligro” para la democracia estadounidense.
La reunión, celebrada el miércoles en la Casa Blanca, fue el primer encuentro cara a cara entre Trump y Biden desde el debate presidencial de junio, que culminó con la derrota de Trump. En este nuevo contexto, Biden, quien se prepara para su segundo mandato, expresó su “bienvenida de nuevo” a Trump, quien ocupó la Casa Blanca entre 2017 y 2021. El presidente electo, por su parte, agradeció a Biden por hacer la transición “tan fluida”.
Esta reunión se produce en un contexto histórico diferente al de la transición de 2021, cuando Trump se negó a aceptar los resultados de las elecciones y no celebró una reunión de traspaso formal con Biden, algo que generó gran incertidumbre y tensión en ese momento.
Durante su encuentro, Trump aprovechó para preguntarle a Biden su opinión sobre temas de política exterior, en particular sobre la situación en Oriente Medio. El republicano también expresó su admiración por la Oficina Oval, reconociendo lo “hermosa” que es, y declaró estar ansioso por regresar a ella.
En cuanto a los detalles del Despacho Oval, cabe recordar que, cuando Biden asumió la presidencia en 2021, dejó intactos varios de los cambios decorativos hechos por Trump, como las cortinas doradas, pero retiró el cuadro del expresidente Andrew Jackson y el busto de Winston Churchill, lo que generó cierta controversia en el ámbito político.
Este inicio de la transición, marcado por una cordialidad inesperada, podría ser un indicio de que la política estadounidense podría acercarse a un proceso más armonioso, tras años de profundas divisiones. Sin embargo, aún queda por ver cómo evolucionarán las relaciones entre ambos líderes y sus equipos una vez que Trump asuma oficialmente el cargo.