Por Juan Pablo Ojeda
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado sorpresa y preocupación en el mundo de la defensa al anunciar que nominará al presentador de Fox News, Pete Hegseth, como su próximo secretario de Defensa. Esta decisión ha desconcertado a muchos en Washington, especialmente porque Hegseth carece de experiencia significativa en el escenario global y no ha ocupado cargos de alto nivel en defensa o seguridad nacional. Su designación podría marcar un cambio radical en la forma en que Estados Unidos gestiona su ejército, el más grande y poderoso del mundo.
Hegseth, conocido en círculos conservadores como copresentador del programa “Fox & Friends Weekend” en Fox News Channel, es un capitán de la Guardia Nacional del Ejército y un ferviente defensor de las políticas de “Estados Unidos primero” promovidas por Trump. A pesar de su falta de experiencia en el Pentágono o en la diplomacia internacional, su nombramiento refleja la intención de Trump de confiar en figuras alineadas con su visión ideológica, en lugar de en expertos tradicionales de la seguridad nacional.
La reacción en Washington ha sido mixta. Mientras que algunos legisladores republicanos han respondido con cautela, otros defienden a Hegseth, destacando su experiencia en combate como un activo. De hecho, varios lo consideran «tremendamente capaz», argumentando que su enfoque directo y su perspectiva conservadora podrían revitalizar las políticas de defensa de EE.UU.
Sin embargo, la designación también ha levantado serias preocupaciones sobre el futuro del ejército y su cultura interna. Hegseth ha sido crítico de varias políticas progresistas en las fuerzas armadas, incluidas las que promueven la igualdad de género y la inclusión. En su programa de Fox News y en entrevistas, ha expresado su oposición al papel de las mujeres en el combate, sugiriendo que su presencia en las líneas de batalla podría debilitar la capacidad operativa del ejército. Según Hegseth, permitir que las mujeres sirvan en combate «complica la situación» y aumenta el riesgo de bajas, lo que va en contra de sus esfuerzos para hacer al ejército más letal y eficaz.
En una entrevista reciente en el podcast “The Shawn Ryan Show”, Hegseth expresó que la política de inclusión de mujeres en puestos de combate ha bajado los estándares operacionales del ejército. Afirmó que, al incluir a mujeres en estas posiciones, se habían “cambiado los estándares” y, por ende, alterado la capacidad de las unidades de combate, algo que, según él, ha afectado la preparación y efectividad de las fuerzas armadas.
La postura de Hegseth ha provocado una profunda división en torno al futuro de la política de defensa de EE.UU. Algunos lo ven como un líder con la capacidad de restaurar lo que consideran una visión de fuerza y eficacia en las fuerzas armadas, mientras que otros temen que sus opiniones puedan deshacer los avances en cuanto a diversidad e inclusión logrados en los últimos años dentro del ejército.
La nominación de Hegseth plantea la pregunta de si este será el comienzo de una serie de cambios en la estructura militar de EE.UU., centrados en una visión más conservadora y alineada con la ideología de Trump. Si se confirma su nombramiento, los primeros pasos del nuevo secretario de Defensa probablemente se centren en la reformulación de políticas que prioricen la eficacia operativa y la lealtad a los principios tradicionales de las fuerzas armadas.