Por Juan Pablo Ojeda
Este domingo, el Super Bowl 2025 en Nueva Orleans será aún más especial con la presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Según reportes de medios estadounidenses, Trump será el primer presidente en ejercicio en asistir a la gran final de fútbol americano, el evento deportivo más importante del país. Además, se espera que el mandatario dé una entrevista a la cadena Fox News justo antes del inicio del partido, lo que añade un toque de expectativa extra a la jornada.
La historia de presidentes y el Super Bowl no es nueva, pero hasta ahora, ninguno en funciones había estado presente en el evento. Anteriormente, expresidentes como George H.W. Bush asistieron al Super Bowl después de dejar el cargo, pero Trump marcará un hito al ser el primero en vivirlo mientras sigue en el poder.
Cuando fue cuestionado sobre su pronóstico para la gran final entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles, Trump jugó al misterio, mencionando que había «un quarterback que parece ser un gran ganador». Si bien no lo mencionó por su nombre, es probable que estuviera hablando de Patrick Mahomes, el mariscal de campo de los Chiefs, quien ha sido clave en la victoria de su equipo en tres de los últimos cinco Super Bowls.
Chiefs. Eagles. Run it back in New Orleans. #SBLIX pic.twitter.com/ompZJTayNu
— NFL (@NFL) January 27, 2025
Este evento llega solo un mes después de un trágico ataque terrorista en Nueva Orleans, que dejó 14 muertos y varias decenas de heridos. Sin embargo, la seguridad del Super Bowl será una prioridad para las autoridades, con la Secretaria de Seguridad Nacional (DHS), Kristi Noem, asegurando que han desplegado recursos de manera anticipada para garantizar la protección del evento. Noem, en una rueda de prensa, indicó que no se han recibido «amenazas creíbles» sobre el partido, lo que brinda un poco de alivio ante los recientes eventos de violencia en la ciudad, como el ataque en la céntrica calle Bourbon de Nueva Orleans, que ocurrió en la madrugada de Año Nuevo.
Este Super Bowl promete ser uno de los más recordados no solo por la rivalidad en el campo de juego, sino también por la presencia histórica de Donald Trump y las medidas de seguridad que se están tomando para garantizar que el evento se lleve a cabo sin contratiempos. Los ojos de Estados Unidos estarán no solo en el juego, sino también en las medidas que se tomarán para proteger a los asistentes en un ambiente que, a pesar de los recientes acontecimientos, busca seguir siendo un símbolo de unidad y celebración nacional.