Washington a 29 de enero, 2025.- En una sorprendente declaración, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que utilizará la base militar de Guantánamo, ubicada en Cuba, para construir un centro de detención para migrantes que ingresan ilegalmente al país. Durante una conferencia de prensa, Trump anunció que firmará una orden ejecutiva para preparar un centro con capacidad para 30,000 personas.

«Tenemos 30,000 camas en Guantánamo para detener a los peores extranjeros ilegales criminales que amenazan al pueblo estadounidense», declaró Trump. La decisión sigue la promulgación de la Ley Laken Riley, que obliga a detener a inmigrantes indocumentados acusados de delitos como robo y crímenes violentos.

La base de Guantánamo, conocida por su uso como prisión militar para sospechosos de terrorismo desde 2002, ha sido objeto de controversia debido a las denuncias de abusos a los derechos humanos y condiciones precarias. Un reportaje de The New York Times reveló que los prisioneros enfrentan condiciones difíciles, incluyendo el uso de gafas de visión opaca durante los traslados y instalaciones llenas de ratas.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, explicó que el gobierno está evaluando cómo utilizar todos sus recursos para mantener a Estados Unidos seguro. Sin embargo, algunos expertos cuestionan la viabilidad del plan y las implicaciones legales y humanitarias de detener a migrantes en una base militar.

Además, la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reconoció que Washington ha visto un nivel histórico de cooperación por parte de México en temas de seguridad y migración, pero advirtió que los aranceles del 25% siguen sobre la mesa y podrían aplicarse a partir del 1 de febrero. Esta medida ha generado preocupación en México, donde la presidenta Claudia Sheinbaum ha asegurado que su gobierno tiene un plan alternativo en caso de que los aranceles se implementen.

El anuncio de Trump ha generado un intenso debate sobre la política migratoria de Estados Unidos y el uso de instalaciones militares para detener a migrantes. Mientras algunos apoyan la medida como una forma de proteger al país, otros la critican por sus posibles violaciones a los derechos humanos y su impacto en las relaciones internacionales.