El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado su intención de imponer un arancel del 10% a las importaciones chinas a partir del 1 de febrero. Esta medida es en represalia por el flujo de fentanilo que, según Trump, está siendo enviado desde China a México y Canadá. Además, Trump ha señalado que impondrá un arancel del 25% a México y Canadá, argumentando que estos países no solo están involucrados en el tráfico de fentanilo, sino también en la migración ilegal hacia Estados Unidos.
Trump calificó de «masiva» la entrada de fentanilo a través de las fronteras norte y sur de Estados Unidos, lamentando las numerosas muertes y la destrucción de familias causadas por este potente opioide. Durante una reciente conversación con el presidente chino, Xi Jinping, Trump expresó su descontento y recordó un acuerdo previo para aplicar la pena capital en China a los traficantes de fentanilo. Según Trump, Xi prometió implementar esta medida para aquellos que enviaran la droga a Estados Unidos.
El líder republicano no solo criticó a China, sino también a su predecesor, Joe Biden, por no retomar el acuerdo que había negociado. Trump afirmó que su administración logró cerrar todos los detalles necesarios y prometió que se esforzarán por conseguir que estas medidas se implementen. La DEA (Agencia Antidrogas Estadounidense) estima que el año pasado hubo aproximadamente 70 mil sobredosis mortales en Estados Unidos debido al fentanilo, una cifra alarmante que refleja la magnitud de la crisis.
La administración de Trump no es la primera en enfrentar desafíos relacionados con el tráfico de fentanilo, pero sus propuestas han generado un debate significativo en el ámbito político y social. La crisis de opioides en Estados Unidos ha sido un problema persistente, y las medidas de Trump buscan abordar la situación con una estrategia de mano dura. Sin embargo, esta postura ha recibido críticas de diversos sectores, que argumentan la necesidad de un enfoque más integral y menos punitivo.
En resumen, la decisión de Trump de imponer aranceles a China y otros países en relación con el tráfico de fentanilo y la migración ilegal marca un enfoque agresivo en su política comercial y de seguridad. La respuesta de China y la implementación de estas medidas serán fundamentales para evaluar el impacto de estas políticas en la relación entre Estados Unidos y los países afectados, así como en la lucha contra la crisis de opioides.