Por Bruno Cortés
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha encendido la chispa de un nuevo capítulo en la política mexicana con su reciente decisión sobre la legitimación de los partidos políticos para impugnar reformas. Con una votación de 8 a favor y un respaldo mayoritario, la Corte confirmó que los partidos PRI, PAN y Movimiento Ciudadano tienen legitimidad jurídica para presentar acciones de inconstitucionalidad contra la reforma judicial, un movimiento que ha despertado opiniones a favor y en contra.
¿El epicentro del alboroto? La reforma judicial del ex presidente AMLO, que desde el inicio levantó polvo y despertó críticas de todo color. PAN, PRI, MC y otros se subieron al ring argumentando que en el proceso legislativo hubo movidas que no cuadraban, desde la división de poderes hasta la veda electoral, esa regla que prohíbe cambios antes de una elección.
El ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, quien lideró el proyecto, aseguró que los partidos mencionados cumplieron con los requisitos establecidos en el artículo 105, fracción segunda, Inciso F, de la Constitución, dejando claro que los firmantes de las demandas eran los representantes legales registrados en el Instituto Nacional Electoral. Aunque el pleno aún no ha llegado al fondo del proyecto que propone la invalidez parcial de la reforma, la decisión marca un momento importante en la lucha por la independencia y la defensa del marco constitucional.
En medio de esta discusión, la presidenta de la SCJN, Norma Piña, se dirigió a la nación con palabras que resonaron con solemnidad: «Conscientes del peso histórico de esta discusión y la importancia que tendrán sus palabras, por ello, con una mirada sincera, con la mano en el corazón, me permito afirmarle a la Nación que, cada una de las posiciones que mis compañeras ministras y mis compañeros ministros adopten, estará presente el juramento que cada uno pronunció cuando inició su mandato: guardar y hacer guardar la Constitución de la República.»
Este debate llega en un momento en que el Poder Judicial enfrenta una tormenta, con renuncias de jueces y retos públicos a su autoridad, generando incertidumbre sobre el futuro de la relación entre poderes. Las implicaciones no se hicieron esperar. Figuras como Claudia Sheinbaum y Gerardo Fernández Noroña alzaron la voz y cuestionaron si respetarían las decisiones de la SCJN, echándole más leña al fuego y dibujando un posible choque entre poderes.
La situación promete ser candente, y más cuando líderes como Emilio Álvarez De Icaza dejan claro que, si es necesario, las calles volverán a llenarse de ciudadanos defendiendo sus derechos y su democracia.