Por Juan Pablo Ojeda
La mañana de este miércoles, la ministra Margarita Ríos Farjat hizo oficial su renuncia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sumándose a los también ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Esta decisión se da en un contexto de profundas reformas al Poder Judicial que han generado un amplio debate sobre la autonomía e independencia de los magistrados.
Ríos Farjat, en un comunicado, subrayó que, a diferencia de sus colegas, su renuncia no es un acto de declinación ante las elecciones del 2025 ni una respuesta a los comentarios de la presidenta Claudia Sheinbaum. Aclaró que opta por no aceptar los haberes de pensión que la legislación vigente, impulsada por Morena y sus aliados, establece. Su decisión es un intento por mantener su dignidad y libertad personal mientras cumple con su función hasta el 31 de agosto de 2025.
“Seguiré desempeñando fielmente mi encargo hasta esa fecha. Presento mi renuncia efectiva al 31 de agosto de 2025. Sin embargo, para mantener mi espacio de dignidad y libertad, y como parte de este rechazo, opto por no aceptar, bajo tales condiciones, el pago de la cantidad de dinero mensual a la que tengo derecho como futura integrante en retiro de este tribunal”, declaró.
La renuncia de Ríos Farjat refleja el creciente descontento entre los miembros del poder judicial respecto a las reformas que buscan cambiar la estructura y funcionamiento de la SCJN. Estas modificaciones han despertado temores sobre una posible pérdida de autonomía y, en consecuencia, un debilitamiento de la justicia en México.
A medida que se acercan las elecciones y con el clima político tan cargado, la decisión de Ríos Farjat podría tener implicaciones significativas para el futuro del Poder Judicial y la confianza pública en sus instituciones.