Por Bruno Cortés
El Gobierno de México dio un paso importante en el fortalecimiento del Poder Judicial con la publicación de dos nuevas leyes que forman parte de la reforma judicial. Estas leyes tienen el objetivo de mejorar el sistema de justicia en el país, asegurando que quienes estén a cargo de impartirla cuenten con las capacidades necesarias y que, además, se mantenga una vigilancia para que los servidores públicos actúen con integridad y justicia.
Primero, hablemos de la Ley de Carrera Judicial, que es uno de los pilares de esta reforma. Esta nueva ley establece un sistema de evaluación para las personas que trabajan en el Poder Judicial de la Federación. Es decir, va a haber un mecanismo que permita evaluar el desempeño de jueces, magistrados y demás funcionarios del sector judicial, lo que asegura que se queden solo quienes realmente cumplan con las expectativas de excelencia y justicia. Este sistema también tiene en cuenta la paridad de género, es decir, se va a asegurar que tanto hombres como mujeres tengan las mismas oportunidades dentro del Poder Judicial. Además, la ley respeta los derechos de las personas que actualmente trabajan en este sector, por lo que no habrá cambios drásticos para quienes ya forman parte del sistema judicial.
Lo que busca esta ley es tener a funcionarios más capacitados, imparciales y comprometidos con la justicia, con perfiles definidos y claros sobre las cualidades que deben tener para cumplir con sus funciones de manera efectiva. Es un paso hacia un sistema más transparente y accesible para todos los mexicanos.
Por otro lado, también se han hecho ajustes a la Ley General de Responsabilidades Administrativas, una legislación que está directamente relacionada con el comportamiento de las personas servidoras públicas. Ahora, los Tribunales de Disciplina Judicial tendrán la autoridad para investigar y sancionar a los servidores del Poder Judicial que incurran en faltas administrativas. Y no solo a nivel federal, también en los tribunales locales de los estados y la Ciudad de México. Esta medida es muy importante porque promueve que los servidores públicos, dentro de todo el país, actúen con responsabilidad y honestidad. Es una forma de garantizar que el sistema judicial no sea solo justo, sino que también se mantenga limpio de corrupción o malas prácticas.
Un tercer cambio importante en estas reformas es que se considera como una falta administrativa no grave la inobservancia del Código de Ética y los Códigos de Conducta. Estos códigos contienen los principios y valores que guían el actuar de los servidores públicos, y ahora su incumplimiento será sancionado, pero de manera proporcional. Esto asegura que quienes trabajen en el Poder Judicial sigan un conjunto de reglas éticas que ayuden a que la justicia sea impartida de manera correcta y equitativa.
En resumen, con estas reformas, México da un paso hacia un sistema judicial más eficiente, justo y transparente, que promete generar más confianza entre la población y garantizar que la justicia llegue de manera imparcial a todos. Estas leyes representan una parte fundamental de la transformación que el Poder Judicial necesita para adaptarse a los tiempos modernos y ser más eficiente en su tarea de administrar justicia. Sin duda, la implementación de estas reformas será clave para fortalecer el Estado de Derecho y la democracia en México.