El universo está en constante expansión, un fenómeno que ha sido comprobado desde la década de los 60 gracias al descubrimiento de la radiación de fondo de microondas, que evidencia los restos de la gran explosión que dio origen a todo. Sin embargo, los científicos aún no logran ponerse de acuerdo sobre la velocidad exacta a la que se expande. Recientemente, un estudio publicado en The Astrophysical Journal ha revelado que el universo no solo se expande, sino que lo hace a diferentes velocidades a lo largo del tiempo, lo que abre nuevas interrogantes sobre su evolución.
Diversas velocidades de expansión
Desde que el Telescopio Espacial Hubble empezó a hacer mediciones más precisas, se ha confirmado que la velocidad de expansión del universo no es constante. Según un estudio dirigido por Adam Riess, Premio Nobel de Física 2011, el universo ha experimentado diferentes ritmos de expansión durante los casi 13.800 millones de años de existencia. Los datos obtenidos por el Telescopio James Webb, lanzado en 2021, han ayudado a afinar estas observaciones, mostrando que el universo ha expandido a velocidades distintas a lo largo de su historia, algo que, según Riess, es una «característica» del mismo y no un error en las mediciones.
Métodos para medir la expansión
Los astrónomos emplean dos métodos principales para medir la expansión del universo. El primero consiste en analizar las fluctuaciones de la radiación de fondo de microondas, medida por el satélite Planck de la Agencia Espacial Europea. Estas fluctuaciones proporcionan datos clave sobre la constante de Hubble, que indica la velocidad a la que se expande el universo en relación con la distancia.
El segundo método emplea las estrellas variables Cefeidas, cuyo brillo fluctúa de manera regular. Al comparar el brillo intrínseco de estas estrellas con el observado, los astrónomos calculan las distancias en el universo y, de esta manera, estiman la velocidad de expansión.
La Tensión de Hubble
A pesar de los avances, persiste lo que se conoce como la Tensión de Hubble, un desacuerdo sobre la constante de Hubble y, por ende, sobre la velocidad exacta de expansión. Este fenómeno ha llevado a los científicos a plantear teorías sobre la existencia de más energía oscura de la que se pensaba o incluso a la posibilidad de fuerzas físicas aún desconocidas que podrían estar acelerando la expansión del universo.
Los misterios por resolver
A pesar de estos avances, aún quedan muchas preguntas sin respuesta. ¿Hacia dónde se expande el universo? ¿Qué había en el lugar donde se encuentra la expansión? ¿Realmente no había nada antes de la gran explosión? Estas preguntas siguen siendo un desafío para los científicos y filósofos por igual, pero el progreso en las observaciones a través de telescopios como el James Webb podría ser clave para arrojar más luz sobre estos enigmas.
El estudio reciente no solo refuerza nuestra comprensión de cómo el universo se expande, sino que también abre nuevas puertas a la exploración de las fuerzas misteriosas que podrían estar detrás de su aceleración. A medida que los telescopios mejoren y se desarrollen nuevas tecnologías, es probable que surjan respuestas que nos ayuden a comprender más profundamente el lugar que ocupamos en el vasto universo.