El ponche navideño es una bebida cálida y reconfortante que forma parte esencial de las celebraciones decembrinas en México. Sin embargo, su historia es mucho más antigua y se remonta a la India, donde originalmente se conocía como «pañc», en referencia a los cinco ingredientes básicos que la componían: alcohol, agua, azúcar, limón y té.
Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue la Compañía Británica de las Indias Orientales la que llevó esta bebida a Europa durante sus expediciones, y de allí se propagó a América. En cada región, el ponche fue adaptándose y enriquecido con ingredientes locales, dando lugar a diversas versiones que disfrutamos hoy en día.
En México, el ponche se disfruta especialmente entre noviembre y enero, en los días festivos que celebran la Navidad y el Año Nuevo. La receta tradicional incluye ingredientes como caña, ciruela pasa, manzana, canela, tamarindo, tejocote, guayaba y piloncillo, pero también pueden incorporarse mandarina y flor de Jamaica, dependiendo de la región y los gustos personales.
Más allá de su sabor, el ponche ofrece una serie de beneficios para la salud. Según Mariana Isabel Valdés Moreno, jefa de la carrera de Nutriología de la FES Zaragoza, uno de los principales beneficios es que ayuda a prevenir enfermedades respiratorias debido a su alta carga de vitamina C, principalmente proveniente de la guayaba. Este nutriente no solo fortalece el sistema inmunológico, sino que también favorece la salud cardiovascular debido al potasio que aporta la guayaba.
Por otro lado, los ingredientes como la manzana, la ciruela pasa y el tamarindo son ricos en fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y ayuda a prevenir el estreñimiento. Además, el tejocote y la canela tienen propiedades que pueden ayudar a controlar los niveles de glucosa en la sangre, mientras que la flor de Jamaica contribuye a mejorar la salud del hígado y los riñones, reduce el colesterol y regula la presión arterial. El tamarindo, por su parte, posee propiedades antiinflamatorias que benefician las articulaciones y el sistema cardiovascular.
A pesar de estos beneficios, Valdés Moreno sugiere tener precaución con el contenido de azúcar añadido al ponche, ya que tanto la caña de azúcar como las frutas aportan dulzura natural. El exceso de azúcar puede contrarrestar los beneficios de la bebida, por lo que se recomienda no añadir azúcar o piloncillo en exceso. También es importante controlar el consumo, ya que un vaso de ponche natural puede tener unas 150 calorías, y con azúcar o piloncillo puede llegar a las 250 o 300 calorías.
En resumen, el ponche no solo es una deliciosa tradición navideña, sino también una bebida nutritiva que, consumida de manera moderada, puede contribuir a la salud y el bienestar durante las festividades.