La Catedral de Notre Dame, uno de los monumentos más icónicos de París y del mundo, se prepara para recibir nuevamente a visitantes y fieles cinco años después del devastador incendio que conmocionó al planeta el 15 de abril de 2019. El próximo 7 de diciembre, esta joya arquitectónica reabrirá sus puertas, marcando el renacimiento de un símbolo de la historia y la cultura de Occidente.
La restauración de Notre Dame ha sido un esfuerzo colosal en el que participaron más de 250 empresas y cientos de artesanos de diversas especialidades, todos comprometidos con devolverle a la catedral su esplendor original. Con una inversión cercana a los 700 millones de euros, financiada por donaciones de más de 150 países, Notre Dame no solo ha sido reconstruida sino revitalizada, con detalles y mejoras que le permitirán seguir siendo un atractivo global por generaciones.
Uno de los momentos más impactantes del incendio fue el colapso de la aguja, una icónica torre diseñada en el siglo XIX por Eugène Viollet-le-Duc. Hoy, una réplica exacta de la aguja se erige de nuevo en el cielo parisino, simbolizando la fortaleza de esta obra histórica. Aunque las labores de restauración están en su etapa final, con grúas y andamios aún visibles, la estructura está lista para recibir a los primeros visitantes.
Para mejorar la experiencia de los millones de turistas que se esperan tras la reapertura, Notre Dame ha implementado nuevas medidas. Además de un sistema de reservas en línea y un flujo optimizado de visitantes, se ha planteado la posibilidad de cobrar una tarifa de entrada, abriendo un debate sobre el financiamiento de monumentos religiosos en Francia.
Los visitantes serán recibidos por un eje central despejado y minimalista, con mobiliario litúrgico de bronce oscuro y un moderno muro-relicario en madera de cedro y vidrio, que albergará la legendaria corona de espinas de Cristo. Las paredes, antes oscurecidas por el incendio, han recuperado su luminosidad, y los vitrales históricos lucen más brillantes que nunca tras un minucioso trabajo de limpieza y restauración.
Además de los elementos arquitectónicos restaurados, los visitantes podrán apreciar las obras de arte «mays», grandes cuadros que adornan el altar y que fueron encargados a artistas entre 1630 y 1707. Estos tesoros han sido restaurados junto con los detalles pintados en las capillas, que ahora contrastan de manera espectacular con el suelo ajedrezado en blanco y negro.
Las ocho campanas de la catedral, que resuenan con un sonido inconfundible, están de regreso y preparadas para celebrar esta nueva etapa. Incluso la campana que presidió el Estadio de Francia durante los Juegos Olímpicos vuelve a su lugar en la catedral.
La reapertura de Notre Dame no es solo un evento para la ciudad de París, sino un acontecimiento mundial. Se espera que entre 14 y 15 millones de personas visiten la catedral cada año, superando las cifras previas al incendio. Este regreso representa el triunfo de la preservación y la solidaridad internacional en favor de la cultura y la historia.