La tranquilidad de la mañana en el colegio Vivaldi, ubicado en el barrio de Santa Maria delle Mole, a las afueras de Roma, fue interrumpida por un acto de violencia que ha impactado tanto a estudiantes como a la comunidad educativa de Italia. Una niña de tan solo 12 años, armada con un cuchillo de cocina que trajo de su casa, apuñaló en dos ocasiones a un compañero de clase que la había acusado de copiar en un examen.
El ataque ocurrió poco después de ingresar al aula. La menor, visiblemente alterada, se lanzó sobre el niño de su misma edad, asestándole golpes en el brazo y el pecho. Aunque el menor intentó defenderse, resultó herido y sangró considerablemente. Sin embargo, los reportes médicos del hospital pediátrico Bambino Gesù de Roma, a donde fue trasladado, indican que sus lesiones no son de gravedad.
En medio de la confusión generada por el incidente, la joven, entre lágrimas, tomó la sorprendente decisión de llamar ella misma a los Carabineros (policía militarizada) para informar lo que había sucedido. Las autoridades llegaron rápidamente al lugar junto con una ambulancia que atendió al herido.
La niña fue llevada a la comisaría para un interrogatorio, aunque, debido a su edad, no puede ser imputada. Los investigadores, que ya han interrogado a los padres y profesores, preparan un informe que será enviado a la fiscalía de menores de Roma.
Este suceso ha abierto un profundo debate sobre la presión académica en las escuelas, la salud mental infantil y la capacidad de los centros educativos para detectar señales de alerta en los estudiantes.