Por Juan Pablo Ojeda
La crisis migratoria en México está alcanzando nuevos niveles de preocupación. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha emitido una alerta sobre el «drástico» aumento de caravanas migrantes que atraviesan el sur del país, una situación que, según la organización, refleja tanto la creciente vulnerabilidad de los migrantes como la violencia extrema a la que se enfrentan en su viaje hacia la frontera con Estados Unidos.
El aumento de las caravanas: miles de migrantes en riesgo
Ricardo Santiago, coordinador de proyectos de MSF en el sur de México, explicó que las caravanas migrantes, que hasta hace poco eran de cientos de personas, ahora están compuestas por miles. La organización ha tenido que «redoblar esfuerzos» para brindar atención en estados como Oaxaca, Chiapas y Veracruz, que son puntos clave en la ruta migratoria.
Entre el 24 de septiembre y el 8 de noviembre, los equipos de MSF atendieron a cerca de 5,000 migrantes, realizando un total de 855 consultas médicas en ocho caravanas que llegaron a estas regiones. De estas caravanas, seis llegaron en las últimas tres semanas, lo que indica un aumento significativo en la cantidad de personas que se agrupan para continuar su travesía. La mayoría de los migrantes provienen de Tapachula, en la frontera con Guatemala, y enfrentan un viaje que incluye riesgos físicos y psicológicos extremos.
El fenómeno de las caravanas como mecanismo de protección
La violencia generalizada es uno de los principales motores detrás del aumento de las caravanas. Los migrantes, en su mayoría personas que huyen de la violencia y la pobreza en Centroamérica y otros países, se agrupan en estas caravanas con el fin de protegerse mutuamente de las amenazas de secuestros, extorsiones y violencia sexual. Esta forma de migración masiva se ha convertido en un mecanismo de defensa ante la creciente agresión de bandas criminales y la falta de protección por parte de las autoridades.
“Aparte de la violencia, otro de los factores que lleva a las personas migrantes a agruparse en caravanas es la saturación de los servicios para tramitar solicitudes de refugio en México, la alta demanda de solicitudes de asilo a través del sistema estadounidense CBP One y las demoras en las respuestas. Todo esto genera desesperación”, explicó Santiago.
Condiciones precarias y un sufrimiento invisible
Los migrantes que integran estas caravanas enfrentan condiciones extremadamente precarias. Además de la violencia, muchas personas sufren problemas de salud debido a la falta de acceso a atención médica adecuada. MSF ha atendido a migrantes con enfermedades respiratorias, problemas gastrointestinales derivados del consumo de agua no potable, y afecciones musculares debido a las largas caminatas bajo altas temperaturas. Las condiciones de vida en los campamentos improvisados, sin acceso a servicios básicos como agua potable o atención médica, empeoran aún más la situación.
Uno de los mayores impactos que observan los equipos médicos de MSF es el sufrimiento psicológico de los migrantes. Los testimonios recopilados por la organización reflejan el trauma que muchas de estas personas arrastran, tanto por la violencia sufrida en su país de origen como por la exposición a más peligros a lo largo de su viaje.
Testimonios de desesperación
En las localidades de Santiago Niltepec, La Venta, Sayula de Alemán y Huixtla, los equipos de MSF han encontrado a migrantes agotados, no solo físicamente, sino también emocionalmente. Las familias, muchos de ellos niños, mujeres y jóvenes, siguen adelante en busca de un futuro mejor, pero a un costo físico y psicológico altísimo.
«Somos testigos cada día del sufrimiento y de la invisibilización de la población migrante. El impacto en su salud física y mental es alarmante», dijo Daniel Bruce, coordinador de MSF en Tapachula. La organización insiste en la necesidad urgente de abordar las consecuencias de la violencia contra los migrantes, ofrecer vías más seguras para la migración y reforzar los servicios básicos disponibles para estas personas en movimiento.
El futuro incierto de las caravanas y la respuesta del gobierno mexicano
A medida que las autoridades mexicanas esperan el paso de nuevas caravanas migrantes, el futuro de estas personas sigue siendo incierto. Las medidas tomadas por el gobierno mexicano en términos de contención y control migratorio han sido objeto de controversia, ya que muchas de las políticas implementadas en los últimos años no han logrado frenar el flujo masivo de migrantes que, desesperados, buscan llegar a Estados Unidos.
Por otro lado, las organizaciones humanitarias como MSF piden una respuesta más integral que considere la protección de los derechos humanos y la seguridad de los migrantes, que continúan huyendo de situaciones de violencia y pobreza, y que enfrentan aún mayores dificultades debido a la falta de recursos y la discriminación.
Conclusión: Urge un cambio en la política migratoria
El aumento de las caravanas migrantes y la violencia extrema que enfrentan quienes viajan a través de México para llegar a Estados Unidos es un problema de derechos humanos que requiere una respuesta urgente. Las autoridades mexicanas, en colaboración con organizaciones internacionales como Médicos Sin Fronteras, deben encontrar soluciones efectivas para proteger a los migrantes y garantizarles acceso a atención médica y condiciones de vida dignas. La migración forzada es un desafío global que no puede resolverse solo con medidas represivas, sino con políticas que aborden las causas subyacentes de este éxodo y protejan la integridad de las personas en movimiento.