Por Juan Pablo Ojeda
El líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro «Alito» Moreno, expresó su contundente rechazo a la estrategia de seguridad implementada por el gobierno de la Cuarta Transformación, que comenzó bajo el mandato de Andrés Manuel López Obrador y que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo decidió continuar. Con un mensaje directo en redes sociales, Moreno criticó fuertemente la famosa política de «abrazos, no balazos», la cual, según él, ha resultado en «omisiones y caos», además de no haber logrado frenar la violencia en el país.
Moreno presentó una gráfica alarmante que señala que, durante el gobierno de Morena, los homicidios dolosos alcanzan la cifra de 208 mil 870. En su publicación, subrayó que solo en el primer fin de semana de 2025 se registraron 220 asesinatos, lo que refleja la persistencia de un grave problema de inseguridad. «Prometieron abrazos, no balazos, pero entregaron omisión y caos. La estrategia de seguridad fallida ha normalizado la violencia mientras las familias lloran a sus seres queridos», apuntó el dirigente priista, haciendo un llamado a un gobierno que, según él, debe actuar con valentía para devolver la paz y la seguridad a las comunidades mexicanas.
La estrategia de seguridad del gobierno de Morena ha buscado abordar el fenómeno de la violencia desde una perspectiva más integral, priorizando la atención de las causas subyacentes, como la pobreza y la falta de oportunidades. A través de programas de apoyo económico y social, el gobierno intenta prevenir que los jóvenes caigan en las redes del crimen organizado. Además, se ha incrementado la presencia de instituciones de seguridad como la Guardia Nacional, la Secretaría de Defensa Nacional y la Fiscalía General de la República para combatir los grupos delictivos en todo el país.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los homicidios dolosos siguen en aumento, con un total de 5 mil 510 muertes violentas en los primeros meses de la administración de Sheinbaum Pardo. En particular, los estados de Guanajuato, Sinaloa y Estado de México siguen siendo los epicentros de la violencia, con cifras alarmantes de asesinatos registrados.
A pesar de las críticas, la presidenta Sheinbaum Pardo se ha mantenido firme en su postura, rechazando cambiar la estrategia de seguridad y asegurando que la combinación de investigación, inteligencia y coordinación entre distintas dependencias seguirá siendo el eje central de su gobierno para enfrentar la violencia. Aunque no ha considerado declarar una guerra al narcotráfico ni recurrir al uso excesivo de la fuerza, la mandataria confía en que los esfuerzos por desarticular bandas delictivas y fortalecer las instituciones darán resultados a largo plazo.