Por Juan Pablo Ojeda
La participación de Andreia Correia, Miss Portugal 2024, en la reciente final de Miss Universo ha generado una ola de controversia en su país. La modelo, quien fue elegida como la primera mujer de raza negra en representar a Portugal en el certamen de belleza, desató una polémica cuando decidió portar un traje inspirado en la Virgen de Fátima, considerado una figura religiosa muy venerada en Portugal. Este atuendo, diseñado por Orlando Ventura, incluía un vestido blanco con una cruz dorada en el centro, una corona similar a la de la Virgen y una biblia en la mano.
El acto provocó reacciones polarizadas entre los internautas, muchos de los cuales expresaron su indignación por lo que consideraron una elección inapropiada para un evento de esta magnitud. En las redes sociales, los comentarios no se hicieron esperar: “Feliz de que no haya ganado, me avergüenzo de la forma que se presentó vestida de Nuestra Señora”, “Elección pésima”, “Una vez más Portugal toca fondo”, y “¿Traje tradicional de Portugal?” fueron algunos de los mensajes más recurrentes.
Un Traje Cargado de Controversia
El diseño de Correia parecía rendir homenaje a la Virgen de Fátima, una figura religiosa de gran significado en Portugal, donde el culto a Fátima tiene su origen en 1917, cuando tres niños portugueses aseguraron haber sido testigos de varias apariciones de la Virgen. Cada año, el Santuario de Fátima recibe millones de peregrinos, y en 2023 se reportaron 6.8 millones de visitantes, un aumento significativo respecto al año anterior.
Sin embargo, el acto de presentar un traje relacionado con una figura tan reverenciada provocó rechazo en muchos, quienes consideran que la elección era inapropiada para un certamen de belleza internacional. «La Virgen de Fátima es una figura sagrada para millones de personas, y usarla como inspiración para un evento de moda es una falta de respeto», expresaron varios usuarios en Twitter.
Repercusiones Mediáticas
La controversia fue tan grande que incluso algunos medios de comunicación portugueses abordaron el tema en sus portadas. El diario Público publicó un artículo titulado “¿Nuestra Señora de Fátima en Miss Universo? Portuguesa criticada por la elección del traje”, reflejando el profundo desacuerdo de una parte importante de la opinión pública.
Por otro lado, algunos defensores del traje argumentaron que se trataba de una forma de resaltar el patrimonio cultural y religioso de Portugal, sin intención de ofender. Sin embargo, la polémica ha eclipsado el hecho de que Correia fue la primera mujer de raza negra en ser elegida como Miss Portugal, un hito histórico que podría haber sido el foco de mayor atención.
Un Hito Opacado por la Controversia
La elección de Andreia Correia como Miss Portugal en junio de 2024 había sido celebrada por muchos como un paso hacia la inclusión y la representación de la diversidad en los certámenes de belleza. No obstante, este logro quedó opacado por la controversia en torno al traje religioso que eligió para la final de Miss Universo 2024, celebrada en México, donde la corona fue finalmente obtenida por la danesa Victoria Kjaer Theilvig.
Aunque la decisión de Correia de vestir este atuendo generó indignación, también abrió un debate más amplio sobre el papel de la religión y la cultura en los certámenes de belleza, y sobre cómo las tradiciones nacionales son percibidas en el escenario global. Algunos argumentaron que la representación de símbolos nacionales debe ser tratada con respeto y sensibilidad, especialmente cuando están involucrados elementos de gran carga simbólica, como en este caso.
Conclusión
La elección del traje inspirado en la Virgen de Fátima por parte de Miss Portugal 2024, Andreia Correia, ha desatado una polémica que ha trascendido las fronteras de los concursos de belleza. Mientras algunos consideran que el atuendo fue un homenaje cultural, otros lo ven como una falta de respeto a una figura religiosa venerada por millones de personas. La controversia ha generado un debate sobre la apropiación de símbolos nacionales y religiosos en contextos internacionales, dejando a la joven modelo en el centro de una disputa que, más allá del certamen de belleza, pone en discusión el respeto por las tradiciones y creencias.