Por Juan Pablo Ojeda
El fenómeno climático conocido como La Niña se ha convertido en uno de los temas más relevantes para México, especialmente al tratarse de un fenómeno con consecuencias directas para el clima del país. Este fenómeno, caracterizado por el enfriamiento anómalo de las aguas del océano Pacífico, genera un impacto considerable en las regiones con costas sobre este océano, lo que afecta a más de 7,800 kilómetros de litoral mexicano. Aunque La Niña es la antítesis de El Niño, el fenómeno relacionado con el calentamiento del Pacífico, su presencia trae consigo retos climáticos complejos, tanto para el sur como para el norte del país.
A diferencia de lo que muchos podrían pensar, La Niña no actúa como una especie de «reverso» de los efectos negativos de El Niño sobre el clima global. De hecho, la presencia de La Niña puede traer consigo sequías extremas en el norte de México, mientras que, en el sur, podría generar más lluvias de lo habitual.
Retraso y pronósticos para el invierno
Aunque el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) había pronosticado que La Niña comenzaría a manifestarse entre julio y agosto, recientes estudios señalan que el fenómeno se ha retrasado y podría comenzar a finales de octubre, prolongándose hasta el invierno. El efecto de La Niña durante el invierno mexicano es particularmente notorio debido a que genera un clima más seco de lo habitual en algunas regiones, lo que puede intensificar los periodos de sequía, especialmente en el norte del país.
El impacto de este fenómeno se está empezando a notar, ya que la temporada de lluvias ha sido más prolongada de lo usual en el centro y sur de México, como se ha reportado por sitios especializados como Meteored. Esta prolongación de las lluvias también es consecuencia de la corriente en chorro del Pacífico, que se curva hacia el Golfo de Alaska, produciendo un anticiclón que afecta la circulación atmosférica en el hemisferio norte.
Efectos de La Niña en diferentes regiones
El fenómeno de La Niña se manifiesta de manera distinta en las diversas regiones de México. En el norte y centro del país, la situación es más grave, ya que se espera que las condiciones sean muy secas, con poca precipitación, lo que podría agravar la sequía y los problemas relacionados con la escasez de agua. En el sur, sin embargo, se podría observar un aumento en las lluvias, especialmente en las regiones del sureste y suroeste de México.
Alejandro Jaramillo Moreno, científico de la UNAM, explicó en una entrevista que durante la presencia de La Niña, se espera que el norte del país enfrente condiciones secas y con poca lluvia, mientras que el sur podría ver más precipitaciones. “Esto afectará principalmente al norte, con sequías más fuertes, pero en el sur, las lluvias podrían ser más abundantes”, indicó.
¿La Niña es un freno al calentamiento global?
Una creencia común es que La Niña podría tener un efecto contrario al cambio climático y, de alguna manera, aliviar el calentamiento global al reducir la temperatura del océano Pacífico. Sin embargo, el especialista aclara que este fenómeno no tiene un impacto directo en el calentamiento global. Si bien las aguas del Pacífico se enfrían durante este periodo, el calor tiende a trasladarse a la Cuenca del Atlántico, lo que aumenta la intensidad de la temporada de huracanes en el Caribe y el Golfo de México.
Jaramillo Moreno señaló que La Niña y El Niño son fenómenos que ocurren dentro del sistema climático global, pero que no están directamente relacionados con el calentamiento global impulsado por las actividades humanas. «El cambio climático influye en las temperaturas globales, pero no tenemos evidencia clara de que afecte de manera directa a la frecuencia o la intensidad de estos fenómenos», explicó.
Por otro lado, La Niña puede intensificar las sequías en las zonas del norte de México, con la consecuente falta de agua que afecta tanto a las poblaciones como a los ecosistemas de esas regiones. Las lluvias que llegan son escasas y, aunque se presenten en un año, los efectos de esta sequía pueden extenderse durante el siguiente ciclo anual.
Conclusiones
México se enfrenta a un 2025 complicado en cuanto a su clima, ya que los efectos de La Niña podrían continuar con sequías y escasez de agua en el norte, mientras que las lluvias se intensificarían en el sur. Aunque el fenómeno no está relacionado con el cambio climático global, sus consecuencias pueden agravar las situaciones de escasez hídrica y afectaciones a los ecosistemas, lo que plantea desafíos adicionales para el país en términos de seguridad hídrica y manejo de recursos naturales.