Por Juan Pablo Ojeda
Los incendios forestales que afectan el sur de California, específicamente en áreas como Hollywood Hills y Pacific Palisades, están poniendo a prueba no solo la capacidad de respuesta de los bomberos, sino también la vulnerabilidad del mercado asegurador del estado. A pesar de ser un fenómeno recurrente, el desastre actual ha alcanzado dimensiones alarmantes: el 10 de enero, los bomberos luchaban contra las llamas que ya han desplazado a más de 180,000 personas y dejado un saldo de al menos 10 víctimas mortales. Los fuertes vientos solo complican aún más la tarea, ampliando el área de riesgo y aumentando la posibilidad de que los daños sean entre los más costosos en la historia de los incendios en California.
Según estimaciones del banco JPMorgan Chase, el impacto económico de estos incendios podría superar los 50,000 millones de dólares, con una cifra asegurada de alrededor de 20,000 millones. Los incendios en zonas de alto valor, como las casas en Pacific Palisades, cuyas propiedades se venden por alrededor de 4 millones de dólares, han afectado gravemente a residentes, incluidos algunos actores de Hollywood que han perdido sus hogares.
Sin embargo, el costo no se limita solo al daño material. Estos incendios están destapando graves deficiencias en el mercado asegurador del estado, lo que deja a muchos californianos, incluso de zonas menos pudientes, en una situación de gran incertidumbre. Empresas aseguradoras de renombre, como Allstate y State Farm, han comenzado a retirar sus pólizas del mercado debido al aumento del riesgo asociado con los incendios forestales, y muchas más empresas seguirán el mismo camino. La situación ha puesto en evidencia un sistema fragilizado que ha dejado a muchos sin la cobertura necesaria.
El colapso del mercado asegurador y el aumento de riesgos
Las políticas del mercado asegurador en California se han visto afectadas por una normativa que, durante años, impidió a las aseguradoras utilizar modelos de riesgo catastrófico. Esta decisión, originada por una medida electoral de 1988, tenía como objetivo mantener las primas de los seguros asequibles para los californianos. Sin embargo, en un contexto de cambio climático y aumento de incendios forestales, las aseguradoras no pudieron ajustar sus tarifas de manera que reflejaran los nuevos riesgos. Esto resultó en un éxodo de empresas del sector, que prefirieron abandonar el mercado a asumir las pérdidas derivadas de las tragedias.
Como resultado, muchos californianos se han visto obligados a recurrir al plan FAIR, una organización sin fines de lucro que actúa como aseguradora de último recurso. Sin embargo, este plan no tiene los recursos suficientes para cubrir las vastas pérdidas generadas por los incendios. En particular, en zonas como Pacific Palisades, el plan FAIR enfrenta una exposición de hasta 3,000 millones de dólares, una cifra que ha crecido un 85% en el último año a medida que las aseguradoras privadas se retiran del mercado. Aunque el plan cubre hasta 3 millones de dólares por hogar, muchos residentes de alto poder adquisitivo enfrentan una cobertura insuficiente y una posible pérdida total de sus propiedades.
Un futuro incierto para los afectados
Aunque los californianos que no han sido directamente afectados por el incendio de este año pueden parecer menos vulnerables, el sistema está diseñado de manera que los costos de las reclamaciones no cubiertas por el plan FAIR recaerán eventualmente sobre las aseguradoras privadas restantes. Esto podría resultar en un aumento en las primas de seguros para todos los residentes del estado, lo que incrementará la presión económica sobre los hogares californianos.
El 2 de enero, entraron en vigor reformas que permitirán a las aseguradoras utilizar modelos de riesgos basados en predicciones más actualizadas sobre los incendios. Sin embargo, los efectos de estas medidas no se verán reflejados hasta la próxima temporada de incendios forestales, lo que deja a Los Ángeles y otras áreas del sur de California en una situación incierta. A pesar de estos cambios, la magnitud de los incendios y los daños previos podrían hacer que el estado no esté completamente preparado para lo que está por venir.
Conclusión
Los incendios forestales en California han dejado al descubierto no solo la fragilidad del mercado asegurador, sino también la falta de preparación ante la creciente amenaza de desastres naturales derivados del cambio climático. Mientras los residentes enfrentan pérdidas humanas y materiales, el estado se encuentra ante la urgente necesidad de reformar sus políticas de seguros y gestión de riesgos para evitar mayores impactos económicos y sociales. La situación está lejos de resolverse, y la próxima temporada de incendios podría traer consigo nuevos desafíos, especialmente si el mercado asegurador no se adapta de manera efectiva a los riesgos cada vez más altos.