Por Juan Pablo Ojeda
En una noche llena de sorpresas, los Dallas Cowboys siguen sin encontrar el rumbo y cayeron de manera estrepitosa ante los Houston Texans, quienes dominaron de principio a fin en un 34-10 que dejó clara la brecha entre ambos equipos. En un enfrentamiento que debería haber sido una oportunidad para que los Cowboys mostraran algo de orgullo, los Texans (7-4) no solo se llevaron la victoria, sino que humillaron a su rival en su propia casa.
Desde el primer momento, los Texans demostraron que no estaban dispuestos a dar tregua. La jugada que definió el ritmo del partido llegó temprano, cuando Nico Collins parecía haber anotado un impresionante touchdown desde la yarda 20. Sin embargo, una penalización de los árbitros, debido a un hombre inelegible en el campo, anuló la jugada. No obstante, los Texans no se desmoronaron, y pocos minutos después, Joe Mixon explotó la defensa de los Cowboys con una impresionante carrera de 45 yardas para abrir el marcador con su primer touchdown de la noche.
Mixon, quien sería la gran estrella de la velada, no tardó en volver a encontrar la zona de anotación. El corredor no solo destrozó la defensa de Dallas, sino que también se encargó de asegurar la ventaja con su segundo touchdown terrestre, llevando el marcador a 14-0. La ofensiva de los Cowboys, por su parte, parecía perdida y sin ideas, aunque lograron responder en parte con una gran jugada de KaVontae Turpin. En una jugada de pase, Turpin recibió un envío de Cooper Rush en la yarda 45 y, con una gran carrera, esquivó a varios defensores para poner el marcador 14-7.
Sin embargo, la reacción de los Cowboys fue efímera. Mientras que Houston logró sumar un gol de campo de Ka’imi Fairbairn para aumentar la ventaja a 17-7, Dallas comenzó a demostrar las grietas de un equipo que ya se sentía derrotado. Al final de la primera mitad, el marcador se mantenía en un 17-10 a favor de los Texans, pero las señales de debilidad en los Cowboys eran claras.
En el tercer cuarto, las oportunidades de Dallas se desvanecieron rápidamente. En lugar de intentar un gol de campo para acercarse en el marcador, los Cowboys arriesgaron una jugada de cuarta oportunidad, una jugada que no solo fracasó, sino que les costó aún más puntos. Los Texans, en contraste, no se arriesgaron y sumaron otro gol de campo, ampliando la ventaja a 20-10.
Pero la verdadera debacle para los Cowboys ocurrió cuando Cooper Rush, al intentar una jugada en su zona, fue golpeado y perdió el balón. Aunque el tackle Tyler Guyton lo recuperó temporalmente, la mala suerte no los abandonó, y el balón volvió a caer en manos de los Texans. Derek Barnett no desperdició la oportunidad y llevó el balón hasta la zona de anotación para poner el marcador 27-10, dejando a los Cowboys con pocas opciones de remontar.
La frustración en el equipo de Dallas se hizo evidente, y la jugada terminó con una pelea casi a puños, con varios pañuelos volando en el aire. La desesperación de los Cowboys parecía estar alcanzando su punto máximo, pero en lugar de encontrar una chispa de motivación, Joe Mixon siguió dominando. Con su tercer touchdown, Mixon sentenció el juego y puso el 34-10 definitivo.
Para los Texans, esta victoria representó una consolidación de su temporada, con un Joe Mixon imparable y una defensiva que desmanteló por completo la ofensiva de los Cowboys. Para Dallas, en cambio, la derrota mostró más que nunca la falta de identidad y cohesión en su equipo, que sigue sumido en una crisis de la que no parecen encontrar salida.