Por Juan Pablo Ojeda
El reciente atropellamiento masivo en Nueva Orleans, que dejó 14 muertos durante las celebraciones de Año Nuevo, ha sido clasificado como un «acto de terrorismo» por el FBI, que ha confirmado que el responsable, identificado como Shamsud-Din Bahar Jabbar, actuó solo y estuvo 100% inspirado por el Estado Islámico (EI).
En una conferencia de prensa, Christopher Raia, subdirector adjunto del FBI, actualizó a la opinión pública sobre los avances en la investigación, destacando que, tras revisar dispositivos electrónicos como computadoras y celulares encontrados en el vehículo utilizado por Jabbar y en su residencia, se concluyó que no hubo más personas involucradas en el ataque, como inicialmente se sospechaba.
Raia explicó que los hallazgos en las redes sociales de Jabbar y los videos que publicó en la noche del 31 de diciembre fueron claves para entender sus motivaciones. En los videos, el responsable detalló que su plan inicial era atacar a su familia y amigos, pero finalmente decidió llevar a cabo el atropellamiento masivo como una forma de centrarse en lo que él percibía como «la guerra entre los creyentes y los incrédulos». Además, Jabbar expresó su apoyo explícito al EI, lo que confirmaría la conexión ideológica que impulsó el ataque.
El FBI también ha dejado en claro que, por el momento, no existen pruebas de un vínculo directo entre este atentado y la explosión de un vehículo en Las Vegas, ocurrida horas después del incidente en Nueva Orleans. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había informado previamente que las autoridades estaban investigando una posible relación entre ambos actos de violencia.
En cuanto al incidente en Las Vegas, que ocurrió frente al Trump Hotel, el FBI continúa con la investigación como un posible acto terrorista, aunque aún no se ha confirmado la identidad del conductor del vehículo que explotó, quien también perdió la vida en el atentado.
El ataque en Nueva Orleans dejó un saldo trágico de 14 muertos y al menos 35 heridos, lo que subraya la gravedad de un atentado que, aunque ejecutado por una sola persona, generó una crisis de seguridad pública y preocupación sobre la amenaza del extremismo en los Estados Unidos.