La guerra entre Rusia y Ucrania ha tomado un giro alarmante tras el reciente ataque ucraniano con misiles de largo alcance ATACMS, suministrados por Estados Unidos. Este 19 de noviembre, el gobierno de Volodímir Zelenski lanzó un asalto que marca la primera vez que Ucrania ataca directamente el territorio ruso desde el inicio del conflicto. Con este acto, las tensiones han escalado, generando especulaciones sobre la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó que seis misiles impactaron en su territorio, específicamente en un depósito de armas en Bryansk. Aunque estos misiles fueron interceptados por los sistemas de defensa antiaérea rusos, el hecho de que Ucrania haya llevado a cabo este ataque ha encendido alarmas a nivel internacional. Desde la autorización del presidente estadounidense Joe Biden para que Ucrania utilizara estos misiles, las preocupaciones sobre una escalada del conflicto han crecido exponencialmente.
Zelenski, en una videollamada al Parlamento Europeo, advirtió sobre el aumento de soldados norcoreanos bajo el mando de Putin, sugiriendo que el conflicto podría volverse aún más global. La situación se complica con la reciente modificación en la doctrina nuclear rusa, donde Putin ha dejado claro que consideraría el uso de armas nucleares si su país o Bielorrusia enfrentan una amenaza crítica a su soberanía.
A medida que las tensiones aumentan, la comunidad internacional observa con preocupación. En 2020, Putin reflexionó sobre la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial, señalando que el miedo al exterminio mutuo ha contenido a las potencias mundiales. Sin embargo, los recientes movimientos estratégicos y retóricas agresivas sugieren que ese miedo podría no ser suficiente para evitar un conflicto mayor.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha declarado que Rusia hará lo posible para evitar una guerra nuclear, pero la retórica y las acciones recientes indican que ambos lados están preparados para intensificar sus esfuerzos militares.
La escalada del conflicto plantea serias preguntas sobre el futuro de Europa y del mundo. Con elecciones presidenciales en Estados Unidos y un clima político cambiante en Europa, es crucial que los líderes mundiales encuentren soluciones diplomáticas antes de que la situación se salga de control. La guerra en Ucrania no solo afecta a los países involucrados; sus repercusiones se sienten en todo el mundo.