Por Juan Pablo Ojeda
Este martes, millones de estadounidenses se enfrentan a unas elecciones presidenciales que, por su contexto político y social, prometen ser históricas. Con Donald Trump, exmandatario republicano, y Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata demócrata, empatados en las encuestas, la contienda electoral ha tomado un rumbo inesperado que refleja la polarización y los cambios en la política del país. A continuación, se presentan algunas claves que marcan este ciclo electoral como uno de los más insólitos en la historia reciente de Estados Unidos.
El «no candidato»: Joe Biden renuncia a la reelección
La carrera presidencial 2024 comenzó con una sorpresiva renuncia de Joe Biden a su reelección. En julio de 2024, el presidente de Estados Unidos anunció que lo mejor para su partido y el país era retirarse y permitir que otro líder tomara las riendas. Aunque Biden había sido apoyado por su partido hasta ese momento, la presión interna de legisladores y figuras clave de los demócratas le llevó a tomar la decisión de retirarse.
La renuncia de Biden, inusual en una carrera presidencial, abrió la puerta para la postulación de Kamala Harris, quien, tras varios días de negociaciones, se lanzó como candidata oficial del Partido Demócrata. Esto marcó el inicio de una campaña que ha sido corta pero intensa, en la que Harris, la primera mujer afroamericana y asiática en postularse a la presidencia de EE.UU., se ha convertido en una figura central.
Kamala Harris: Un perfil histórico
La candidatura de Kamala Harris marca un hito en la historia de Estados Unidos. La actual vicepresidenta se convierte en la primera mujer negra y de ascendencia india en competir por la Casa Blanca. Su candidatura continúa el legado de figuras como Barack Obama, el primer presidente negro, y Hillary Clinton, la primera mujer en ser candidata presidencial por uno de los dos principales partidos políticos del país.
Harris ha sido comparada con Shirley Anita Chisholm, la primera mujer afroamericana que se postuló para las primarias presidenciales en la historia de Estados Unidos. Su ascenso al liderazgo del Partido Demócrata es un paso significativo para la inclusión y la representación en la política estadounidense.
La sombra de Trump: Intentos de asesinato y juicios
La figura de Donald Trump sigue siendo central en esta campaña, aunque no por motivos tradicionales. En los últimos meses, el expresidente ha enfrentado situaciones extremas, como dos intentos de asesinato en su contra. En agosto de 2024, Trump fue evacuado de un mitin en Butler, Pensilvania, tras un tiroteo en el que un asistente perdió la vida y el tirador fue abatido. En septiembre, otro individuo fue detenido en las cercanías de su campo de golf en Florida con la intención de atacarlo.
Pero además de los riesgos físicos, Trump se enfrenta a una serie de juicios judiciales que podrían cambiar el curso de su carrera política. El exmandatario está siendo procesado por diversos cargos, entre ellos el pago de dinero a la actriz porno Stormy Daniels para silenciar un supuesto romance durante la campaña de 2016. También enfrenta acusaciones por su papel en el asalto al Capitolio de enero de 2021 y presiones sobre funcionarios en Georgia para alterar los resultados electorales de 2020.
A pesar de estos escándalos y de la posibilidad de ser condenado en algunos de estos juicios, Trump sigue siendo el principal rival de Harris en las encuestas y busca su reelección en 2024.
Campañas de gasto desorbitado y el papel de Elon Musk
Las elecciones presidenciales de 2024 también están marcadas por el gasto electoral récord. Según un análisis de AdImpact, en la última semana de campaña se gastaron casi mil millones de dólares en anuncios, y se espera que el total en este ciclo electoral supere los 10 mil millones de dólares, lo que representa un aumento del 20% en comparación con las elecciones de 2020.
Además de los gastos tradicionales, personajes como Elon Musk, dueño de la plataforma X, han jugado un papel influyente en esta campaña. Musk ha sido un firme defensor de Trump y, según informes, ha donado un millón de dólares diarios a aquellos votantes en estados clave que se registren y firmen peticiones en apoyo a la campaña republicana. Esto ha generado controversia y preguntas sobre la influencia del dinero en las elecciones.
La batalla por los estados bisagra
Aunque el sistema electoral estadounidense permite que en muchos estados los resultados estén prácticamente decididos, las elecciones presidenciales se juegan en los llamados «estados bisagra». En 2024, todo se decidirá en siete estados clave: Wisconsin, Míchigan, Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania, Arizona y Nevada. Estos estados, con un electorado dividido, son los que determinarán si Donald Trump regresa a la Casa Blanca o si Kamala Harris se convierte en la primera mujer presidenta de Estados Unidos.
Un futuro incierto
Con un clima político tenso, marcado por la polarización y los escándalos judiciales, las elecciones de 2024 son un reflejo de la profunda división que atraviesa Estados Unidos. Los votantes se enfrentan a una elección histórica, con una mujer negra como candidata presidencial por primera vez, un expresidente bajo juicio y una campaña electoral que ha batido récords de gasto y controversia. El desenlace en noviembre de 2024 será crucial no solo para el futuro político del país, sino también para su imagen en el mundo.